Termina esta visita a Munich con esta representación de Così Fan Tute, que ha tenido un
desarrollo poco brillante. Ha contado con una tradicional y adecuada producción
escénica, una correcta dirección musical y un reparto vocal, en el que los hombres han
quedado por debajo de lo deseable en un teatro de primera línea.
La producción escénica lleva la firma de Dieter Dorn y se estrenó en este teatro en Enero
de 1993. Es decir, estamos ante una producción bien rodada. Resulta un trabajo
tradicional y agradable, con una cierta simplicidad escénica, debida a Jürgen Rose, que
ofrece un amplio salón en las escenas de interior de la casa de las damas de Ferrara,
abriéndose en las de exterior a una amplia terraza, donde se ve un gran árbol a la izquierda.
El vestuario es tradicional también y en gran parte atractivo y hasta divertido en el caso
de los albaneses y se debe también a Jürgen Rose, contando con una correcta iluminación
por parte de Max Keller. La dirección escénica narra bien la trama con algunos golpes
de efecto divertido. En conjunto, es una producción que funciona bien.
Al frente de la dirección musical estaba nuestro bien conocido Ivor Bolton, no en balde
es el director titular del Teatro Real de Madrid. La presencia del británico suele ser muy
habitual en Munich en óperas de Mozart, compositor con el que Bolton parece tener una
gran afinidad. Su lectura ha sido correcta, aunque menos brillante que las que he podido
disfrutar de este director en otras ocasiones. Contó con la buena colaboración habitual de
la Bayerisches Staatsochester, cumpliendo bien en sus breves intervenciones el Coro
de la Bayerische Staatsoper.
El reparto vocal ha ofrecido un buen nivel en las tres protagonistas femeninas, mientras
que los tres masculinos han quedado por debajo de ellas y con actuaciones poco
convincentes en términos vocales.
No cabe duda de que el personaje más importante de esta ópera es el de Fiordiligi, que
aquí ha sido interpretada por la soprano italiana Federica Lombardi, que lo hizo de
manera notable. Cantó con gusto y voz muy adecuada las dos dificilísimas arias de
Fiordiligi, tanto Come Scoglio como la complicadísima Per Pietá. Había tenido
oportunidad de verla en la Condesa de Le Nozze di Figaro el año pasado tanto en Munich
como en Berlín y ha vuelto a confirmar la muy buena impresión que me dejó entonces.
Buena también la actuación de la mezzo soprano americana Angela Brower en la parte
de Dorabella. Menos brillante vocalmente que su hermana en escena, pero muy
desenvuelta y con voz muy adecuada para el personaje.
También me produjo una positiva impresión la mezzo soprano irlandesa Tara Erraught
en la parte de Despina, cantando y actuando de manera convincente.
El tenor italiano Paolo Fanale fue un Ferrando de voz atractiva, si se quiere, pero
demasiado reducida de volumen, mostrando un canto algo monótono. Pasaron sin pena
ni gloria sus dos importantes arias, mejor en Un aura amorosa que en Tradito, schernito. El barítono americano Sean Michael Plumb tampoco me resultó particularmente
convincente en la parte de Guglielmo. La voz tiene cierta calidad, pero su emisión es algo
problemática y tiende a quedarse atrás.
Por último, Don Alfonso fue interpretado por el barítono italiano Paolo Bordogna, que
fue lo más flojo de todo el reparto. Es un buen actor, pero su voz hoy en día responde a
la de un barítono más bien ligero y eso no es suficiente para el personaje, que pide un
bajo barítono. Su calidad tímbrica no ha mejorado en los últimos años, sino más bien al
contrario.
El Nationaltheater estaba prácticamente lleno, excepto en las localidades con visibilidad
reducida o nula. El público se mostró cálido y no entusiasmado con el resultado de la
ópera. Los mayores aplausos fueron para las tres mujeres, especialmente para Federica
Lombardi.
La representación comenzó con los habituales 5 minutos de retraso y tuvo una duración
de 3 horas y 30 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 55m minutos. Cinco minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 132 euros, habiendo butacas de platea desde 74
euros. La localidad más barata con visibilidad costaba 30 euros:
José M. Irurzun