El Ministro de Cultura ruso, Vladimir Medinsky, ha destituido a Boris Mezdrich, director del Teatro Estatal de Ópera y Ballet de Novosibirsk (en el Distrito Federal de Siberia), a raíz de una polémica producción de Tannhäuser. La iglesia ortodoxa rusa denunció la puesta en escena de la obra de Wagner en la que se empleaban símbolos religiosos de forma que ofendían a los fieles. Es interesante matizar que, según la legislación rusa, es posible condenar con penas de cárcel hasta de tres años para aquellos que ofendan a los sentimientos religiosos.
La producción, con dirección escénica de Timofei Kuliabin, actualiza el argumento cambiando el papel de trovador por el de un director de cine que presenta a un concurso una película sobre un periodo desconocido de la vida de Jesucristo en el que estuvo prisionero en la gruta de Venus conviviendo con ella. En el cartel de la obra, que no reproducimos para no herir ningún sentimiento, se veía un crucificado entre las piernas de una figura femenina desnuda. Boris Mezdrich retiró el cartel pero se negó a cancelar la producción. El ministerio acusa a Mezdrich de «falta de deseo de considerar en sus actividades los valores que se han formado en la sociedad». Vladimir Kejman será el nuevo director del Teatro Estatal de Ópera y Ballet de Novosibirsk.
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