Un sensacional Hossein Pishkar abre la temporada de abono de la O. C. G.

Un sensacional Hossein Pishkar abre la temporada de abono de la O. C. G.
Un sensacional Hossein Pishkar abre la temporada de abono de la O. C. G.

La Orquesta Ciudad de Granada abrió su temporada de abono con un sensacional Hossein Pishkar al frente de la misma; esta actuación de la formación granadina, en la humilde opinión del firmante, que lleva veinte años siguiéndola, se puede considerar como uno de los mejores conciertos que dicha agrupación ha ofrecido  y, paradójicamente,  coincide con el momento más delicado que esta orquesta ha vivido.

Esta orquesta ofrece cada temporada una interesante variedad musical al público granadino, por supuesto en la capital, pero también en la provincia de Granada, además de participar en actividades didácticas que acercan la música al público más joven.  Sin embargo, las administraciones que forman parte del Consorcio Granada para la Música, no garantizan su futuro, no hacen llegar el dinero prometido y la orquesta granadina no puede pagar gastos básicos como son los honorarios de los músicos, el de los artistas invitados, azafatas, etc. Una ciudad que políticos de distinto signo quieren, o al menos eso dicen, que sea un referente cultural, está dejando morir de mala manera a una orquesta cuya labor sería insustituible caso de que tan lamentable hecho se consumara. Cuando digo que se está dejando morir no me refiero al público, cuya presencia es elevadísima cada concierto, sino a esos dirigentes que supuestamente representan a la ciudadanía y que no parecen demasiado preocupados por la vida musical de la misma. Fue muy triste ver vacías las localidades reservadas a los distintos políticos en este sensacional concierto de inauguración, con la única presencia de una concejala, si la vista no me traicionó, aislada entre esas butacas desocupadas, mientras el resto del Auditorio Manuel de Falla presentaba una entrada que rozaba el lleno total. Esos cargos políticos, en cuyas manos está el futuro de la Orquesta Ciudad de Granada, que fueron noticia por su ausencia, no disfrutaron de uno de los mejores conciertos que recuerdo de esta formación, con un sensacional Hossein Pishkar en el podio.

Hablando ya de cuestiones puramente musicales, debo destacar nuevamente la sensación extraordinaria que Hossein Pishkar causó en este concierto; a pesar de su juventud, este músico iraní demostró una enorme madurez, dominando a la orquesta con una autoridad pasmosa, haciendo fluir la música con tal naturalidad, con tan buen gusto que logró crear una atmósfera que rara vez hemos vivido en los últimos años en el Auditorio Manuel de Falla. El programa, íntegramente ruso, estuvo formado por Capricho español, op.34 de N. Rimsky-Korsakov, Preludio y danza de las esclavas persas, de la ópera Kovanshchina  de M. Mussorgsky y la Sinfonía nº 5 en Mi menor, op. 64 de P. I. Chaikovsky. Las distitntas familias instrumentales estuvieron a un nivel muy alto, con una madera sensacional en todo momento, un metal muy eficaz, una percusión solvente y una cuerda compacta. Al frente de todo, Pishkar llevó a la orquesta con maestría, dándole una musicalidad propia de quien realmente interpreta lo que esas partituras llevan implícito, sacando el máximo partido de las obras y de los músicos que estaban a su disposición, obteniendo un resultado excelente que culminó con una versión de la sinfonía de Chaikovsky  que no podíamos imaginar sólo unos minutos antes los asistentes. Mi felicitación a este jovencísimo director y a unos músicos que las circunstancias extramusicales les están poniendo en una situación que no merecen ni ellos ni la ciudad de Granada. Un sensacional Hossein Pishkar hizo disfrutar al público granadino como pocas veces, en un momento en el que su orquesta pasa por una situación de gran dificultad por cuestiones ajenas a lo artístico.

Emilio Lacárcel Vílchez