Un tesoro de la zarzuela gallega vuelve a escena

 

 

El musicólogo Javier Jurado recupera «A lenda de Montelongo», uno de los éxitos del género chico con mayor acento gallego que no se representaba desde 1956 – Se estrena mañana en el Pazo da Cultura de Pontevedra

Han pasado 57 años desde la última escenificación de la zarzuela «A Lenda de Montelongo», una pieza muy especial que se estrenó en 1924, en plena dictadura de Primo de Rivera, y que tuvo el valor de ser una de las escasas escritas en gallego y que llevó a escena personajes, danzas y voces de la más genuina cultura gallega.

Durante 32 años la zarzuela se representó con mucho éxito por toda Galicia, siendo la última vez en Santiago, en 1956. Desde entonces, quedó sepultada en un absoluto silencio.

Hace unos años, el musicólogo Javier Jurado se puso a investigar sobre la callada existencia del género chico escrito en gallego y descubrió una veintena de zarzuelas cuyo contenido y significado desarrolló en una tesis. Hace un año, Jurado quiso dar un paso más y se embarcó en la aventura de llevar a escena una de estas preciadas piezas, «A lenda de Montelongo». Mañana, por fin, la zarzuela volverá a sonar. Será en el Pazo da Cultura de Pontevedra. Y el próximo sábado, 1 de junio, se volverá a escenificar en Vilagarcía.

En esta aventura, Jurado no ha estado solo; en seguida contó con el apoyo de numerosos amantes y profesionales de la música que quisieron unirse al reto. Así, la Banda Municipal de Pontevedra, bajo la dirección de Juan Luis Diéguez, y el Coro del Liceo de Vilagarcía asumen la puesta en escena e, incluso, se han encargado de la realización de una cuidada escenografía. El autor de la escenografía original fue Camilo Díaz Valiño, padre de Isaac Díaz Pardo.

«Hemos respetado al máximo el libreto original pero la música, que estaba compuesta para orquesta sinfónica, ha tenido que adaptarse para banda. La escenografía es igual a la de aquellos años, ya que la hemos reconstruido a partir de fotos de los años 40», describe Jurado.

Y junto a los intérpretes actuales están los pasados, algunos de ellos aún vivos y que han aportado mucha información para hacer posible este reestreno. Entre ellos se encuentran Crisanto Sanmartín, que participó en las dos últimas representaciones de «A Lenda de Montelongo» en 1953 y en 1956 con 7 y 10 años de edad como integrante del grupo de baile de «Cantigas e Agarimos». Crisanto tiene una especial vinculación con esta zarzuela ya que recuerda cómo en su casa era muy habitual que se cantase en todas las celebraciones familiares. «Mi padre era amigo del compositor Bernardo del Río y mi madrina y tía, Magdalena Sanmartín Beiroa, fue la primera soprano que interpretó a Marica, la protagonista de esta zarzuela. Tengo en casa el libreto y me conozco sus canciones y la letra de memoria», explica Sanmartín.

Cuando este santiagués residente en Vigo tuvo noticia de que Jurado tenía la intención de llevar de nuevo a escena «A Lenda» no dudó en ofrecerle toda su ayuda, que ha sido muy importante para conseguirlo.

Crisanto tuvo una gran actividad artística hasta 1970, cuando decidió abandonarla para dedicarse de lleno a la fisioterapia. Una vez que se jubiló retomó el deseo de que «A Lenda de Montelongo sea conocida por todo el pueblo gallego y que esta representación sea el inicio de un resurgimiento de la música gallega», destaca.

Los guiños del destino hicieron que hace años Crisanto se reencontrara con la que fue la última protagonista de la zarzuela, la soprano que interpretó el papel de Marica en la última función, la del año 56 en Santiago, Lolita Peiteado, que hoy cumple 81 años. Ella había sufrido un accidente de coche y acudió a la consulta de Sanmartín para recibir las sesiones de fisioterapia que necesitaba para recuperarse. Ambos terminaron cantando fragmentos de la zarzuela.

«Para mí es muy emocionante poder ver de nuevo en escena esta zarzuela que tiene una música maravillosa, con fragmentos que muchos reconocerán», asegura Peiteado. La viguesa, que tenía 24 años en aquella última representación y que abandonó el grupo al casarse a los pocos años, lamenta que actualmente «se cante tan poca música gallega, que va a terminar perdiéndose».