Una grabación de la casa Decca que presenta aspectos especialmente interesantes y, en cierto modo, ofrece también una relativa sorpresa con el tenor que encarna a la figura de uno de los grandes protagonistas de esta obra de Verdi, Aída, verdadero ejemplo del talento excepcional y de la gran inspiración del maestro italiano. Un ejemplo vivo de cómo se puede aunar en una partitura la grandiosidad épica, con un sentimiento delicado y sumamente lírico. Ese lirismo que se abraza con la grandiosidad, con la gesta heroica, con los grandes coros, con las apoteosis, con las danzas, ese lirismo que pone de manifiesto lo que puede ser un triángulo amoroso y que alcanza proporciones excepcionales.
No cabe la menor duda de que Aída es uno de los títulos preferidos por los amantes de la ópera, y lo diremos más ampliamente, por los amantes de la música. Por un libreto bien trazado por Antonio Ghislanzoni, por una música que sigue emocionando a los públicos, por unas puestas en escena fastuosas, Aída sigue siendo una de las grandes favoritas del pùblico y conserva su frescura, su limpio aroma de obra casi perfecta. Por eso son bienvenidas las nuevas versiones y también las que se recuperan.
Ahora nos encontramos con un reparto interesante. La Orquesta y el Coro del Maggio Musicale Fiorentino, que se ponían a la orden de su titular Zubin Mehta, quien por cierto en esta grabación sigue en su linea de gran director, atento a todos los detalles y sabiendo combinar sabiamente la majestuosidad de distintos momentos de la obra, con la delicada poesía, la exquisita belleza de los momentos más intimistas y hermosos de esta singular creación verdiana.
A sus órdenes, solistas, coros y orquesta responden con entusiasmo. El personaje de Radamés lo encarna Andrea Bocelli y tiene una serie de intervenciones de las que destaco los momentos más líricos. Ahí luce la belleza de una voz a la que sabe dotar de apasionamiento. En otros instantes, como por ejemplo en el momento en que es investido como general en jefe de las tropas egipcias, o en la siempre comprometida Celeste Aída, se diluye un tanto y le veo falto de vigor interpretativo. No obstante su versión es digna, ya que no brillante. Kristin Lewis es una Aída convincente. Sobre todo destaca en sus dos grandes arias, Ritorna vincitor, y Oh Patría mía. Es voz de quilates, bien timbrada, segura, no se arruga en los sobreagudos y mantiene una linea de pureza interpretativa. Lo mismo puede decirse de Verónica Simeoni, una Amneris muy convincente, dotando de un fuerte contenido dramático sus intervenciones. Y el resto del reparto cumple su cometido,destacando por su importante voz y su buen hacer, el barítono Ambrogio Maestri.
En definitiva, una Aída que se escucha con gusto, pero que queda en un segundo lugar, ante otras grabaciones que bien pueden considerarse antológicas, de esta obra fundamental en la producción de Verdi.
José Aº Lacárcel