Una amplia selección del Mesías en Estella

El Mesías en Estella
El Mesías en Estella

Uno de los puntos de mayor atractivo en la programación de la Semana de Música Antigua de Estella era este Mesías de Haendel, que se ofrecía por primera en las 50 ediciones del festival. La obra ofrecida ha consistido en una amplia selección de la misma y el resultado del concierto ha sido del agrado del público, a juzgar por su reacción con los artistas, aunque para mí ha quedado por debajo de lo esperado en varios aspectos del mismo. 

Como digo, se ha ofrecido una amplia selección de la gran obra de Haendel, que se ha interpretado bajo la batuta de Carlos Mena, más conocido por sus actuaciones como contratenor que como director de orquesta, faceta en la que le veo por primera vez. Su actuación ha sido correcta, llevando la obra con buen ritmo y dirigiendo con autoridad la orquesta y coros, con el inconveniente de que estos tenían que repartirse entre el altar y las naves laterales de la iglesia. Su lectura me ha resultado un tanto monótona, echando en falta más matices en una obra que se presta mucho a ellos. A sus órdenes estuvo la Orquesta Sinfónica de Navarra, que ofreció una prestación correcta y no muy brillante. La parte coral estuvo a cargo de la Coral de Cámara de Pamplona y el Coro del Camino de Santiago de Ayegui. Ambas formaciones corales cumplieron con su cometido sin mayor brillantez. 

Carlos Mena no sólo dirigió sino que también cantó como contratenor las páginas que habitualmente son cubierta por una mezzo-soprano. En este aspecto su actuación fue buena, mejor que las de sus compañeros solistas. 

La parte de soprano fue cubierta por Jone Martínez, que ofreció una voz un tanto reducida de soprano ligera, que responde en gran parte a las características de una soubrette. 

El tenor Diego Blázquez cantó con cierto gusto su parte, con voz de cierto atractivo y que corría bien por el recinto. 

El barítono Víctor Cruz ofreció una voz de calidad más bien modesta y tuvo algunos problemas para hacerse oír en algunos momentos. 

El público una vez más había agotado las localidades de la iglesia y se mostró cálido con los artistas en los saludos finales. 

El concierto comenzó con 6 minutos de retraso y tuvo una duración de 1 hora y 46 minutos, sin intermedios, salvo unas brevísimas paradas para afinar instrumentos. Cinco minutos de aplausos. 

El precio de la entrada única era de 12 euros, un auténtico regalo. 

José M. Irurzun