Continúa AGAO programando espectáculos, entre ellos alguna ópera, aunque lo tiene que hacer en forma necesariamente modesta, al haber tenido que centrar su actividad (supongo que por motivos económicos) en el Teatro Gayarre en lugar del Baluarte. Evidentemente, las posibilidades escénicas del Teatro Gayarre son muy reducidas, como lo es también su foso. Este año la ópera elegida ha sido La Cenerentola, de la que también se ha ofrecido una versión reducida para niños, aparte de la zarzuela La Tabernera del Puerto, que pudimos ver en este mismo escenario el mes pasado.
El resultado de estas representaciones de la ópera de Rossini ha sido correcto y aceptable, basado en una producción escénica adecuada, una interpretación musical modesta y un reparto vocal correcto, formado en gran medida por jóvenes artistas.
La producción escénica lleva la firma del murciano Curro Carreres y se trata de una nueva producción, como no puede ser de otra manera, ya que no es fácil meter en este escenario una producción normal. El trabajo escénico es adecuado, narrando bien la trama con pocos medios, ya que la escenografía (Juan Sebastián Domínguez) es de corte minimalista y consistente en paredes laterales y al fondo, utilizando elementos de atrezzo para dar el ambiente a las escenas. El vestuario (Juan Sebastián Domínguez) resulta adecuado y tradicional, contando también con una correcta iluminación (Santiago Mañasco) La dirección escénica define bien a los personajes del cuento sin mayores pretensiones.
La dirección musical corrió a cargo del italiano Nicola Valentíni, cuya actuación fue un tanto irregular, Este joven director ha sido durante años asistente del mucho más conocido Ottavio Dantone, a quien acabamos de ver dirigiendo el Giulio Cesare de Haendel en el Kursaal. La lectura de Valentíni ha sido adecuada en cuanto a intenciones, con buen sentido rossiniano, dando buen ritmo a la ópera. Hubo algunos desajustes entre foso y escena. Me resultó poco convincente la prestación de la Orquesta Virtuosi Brunenses, también conocida como Orquesta de Ópera Checa. El Coro Premier Ensemble lo hizo bien en sus intervenciones.
La protagonista que da titulo a la ópera fue la mezzo-soprano guipuzcoana Clara Mouriz, que fue lo mejor del reparto. Su Angelina tuvo calidad, cantando con gusto, fácil en agilidades y suficientemente desenvuelta en escena. Hubo aviso de indisposición, aunque no se notó, salvo algunas notas altas un poco destempladas.
El príncipe Ramiro era otro joven (22) guipuzcoano, el tenor Xabier Anduaga, quien ya había cantado el personaje el año pasado en el reparto de jóvenes de ABAO. La voz no tiene una gran calidad, pero está perfectamente emitida, no teniendo problemas para hacerse escuchar ni en este teatro ni en cualquier otro mayor. Cantó con gusto y únicamente mostró algunos problemas en el DO sobreagudo de su gran escena del segundo acto. Dada su edad, es de suponer que irá madurando y pienso que puede tener recorrido.
La parte de Don Magnifico fue interpretada por el barítono italiano Salvatore Salvaggio. Vocalmente, resulta más ligero que lo deseable y no pasa de cumplir con su cometido. Es desenvuelto en escena y al final no desentona.
El barítono asturiano David Menéndez es un autentico experto en la parte de Dandini que ha cantado en numerosas ocasiones, incluso en Pamplona. Hace un buen personaje, una vez uno se acostumbra a su voz, que no es muy atractiva.
Alidoro fue el bajo español Jeroboam Tejera, que mostró una voz amplia, aunque un tanto basta.
Las hermanastras de Cenerentola, Clorinda y Tisbe, fueron interpretadas por las locales Sofía Esparza y Marta Hurte, respectivamente. Me produjo mejor impresión la primera que la segunda. Sorprendentemente, se ofreció el aria de Clorinda, cosa que rarísima vez ocurre, y ahí Sofia Esparza resultó muy destemplada en la parte de arriba.
El Teatro Gayarre ofrecía una ocupación de alrededor del 60 % de su aforo. El público se mostró cálido con los artistas tanto a escena abierta como en los saludos finales, siendo los mayores aplausos para Clara Mouriz y Xabier Anduaga.
La representación comenzó con 7 minutos de retraso y tuvo una duración de 3 horas y 6 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 29 minutos. Cinco minutos de aplausos.
Antes de la representación Aruturo Revrter ofreció una charla sobre Cenerentola, incluyendo grabaciones históricas muy interesantes. Un lujo.
El precio de la localidad más cara era de 65 euros, costando 25 euros la más barata.
José M. Irurzun