Una velada con jóvenes valores de la zarzuela

El entusiasta y complacido público que colmaba la Coral Villa Baptist Church coronó con una larga ovación de pie el octavo concierto de Joven Antología de la Zarzuela, talentoso grupo que les había ofrecido un variado programa con romanzas, arias y dúos de las más conocidas zarzuelas y óperas.

En esa noche de sábado la más aplaudida fue posiblemente Dora Cardona, que lució su bien educada voz en Me llaman La Primorosa, de Giménez y Nieto, y en el dúo de I Puritani, de Bellini que habría de cerrar el concierto. Segura de sí misma, la cantante no trató de ir más allá de sus posibilidades y ofreció interpretaciones correctas que merecieron el desbordado reconocimiento del público.

También es de destacar la actuación del tenor Giancarlo Brunet que posee una voz poderosa y ostenta un extraordinario fiato. Donde su arte requiere un mayor trabajo es en la parte interpretativa, sobre todo, cuando se precisa el humor. Su entrega de La calunnia, de Rossini, quedó menguada de gracia y soltura. Su mejor actuación fue posiblemente en Junto al puente, de Serrano, aunque tampoco del todo satisfactoria.

El barítono Fernando González abrió la noche con el conocido Largo al Factotum, de El barbero de Sevilla, de Rossini, luciendo su gracia natural y magnífico conocimiento técnico. También fue muy aplaudida su entrega de Caballero de gracia, de Chueca.

De voz rotunda y sólida personalidad escénica, el tenor José Antonio Navarro no tuvo su mejor noche. Problemas de memoria y de entonación alteraron por momentos su habitual compostura, y en el dúo de I Puritani que cerró el espectáculo, las deficiencias se hicieron evidentes, por lo que al final del concierto, el cantante pidió disculpas y dijo que no volvería a cantar ese dúo, ya que su voz estaba cambiando y tenía que explorar otros repertorios, pero había querido cantarlo por última vez con Cardona. Es posible que más que problemas vocales, el nerviosismo y la falta de ensayo hayan mellado la actuación de este magnífico cantante.

Adecuada la entrega de En un país de fábula, de Sorozabal, por parte de Amanda Orihuela. Mención especial para la pianista acompañante Vivian González, quien en solo 15 días obtuvo el conocimiento necesario de las partituras para lograr un acompañamiento solvente en el extenso concierto. Ante la ovación final de pie, el grupo regaló como encore el conocido brindis de La Traviata, de Verdi.•