Valladolid se vuelca con El Trovador verdiano

Valladolid se vuelca con El Trovador verdiano
Valladolid se vuelca con El Trovador verdiano

Lleno absoluto el Teatro Calderón de Valladolid para presenciar la ópera de Verdi El Trovador dirigida por Óliver Díaz y con un reparto muy interesante.

El Teatro Calderón de Valladolid, como muchos pequeños teatros de programación ecléctica, repuso la ópera El Trovador del compositor de Buseto. Con muy escasos medios el director de escena Gustavo Tambascio firmó una producción inteligente y llena de matices con un uso del espacio escénico impecable y una dirección de actores, cantantes y coro excelente. Situada durante una guerra civil española, crea un ambiente que va del, podríamos llamar realismo, hasta la abstracción más absoluta del acto IV, el suplicio de una belleza sobrecogedora. Unos decorados mínimos y suficientes de Ricardo Sánchez Cuesta y una iluminación de Felipe Ramos magnífica. El vestuario, como siempre de Jesús Ruíz, acertadísimo dio como resultado un espectáculo de éxito.

En el reparto destacó especialmente la soprano Carmen Solís, una Leonora de muy altos vuelos –pocas españolas pueden cantar este rol de esta forma- con un bellísimo timbre, perfecta afinación, agudos poderosos y uniformes y la zona de piano sobresaliente. Su tercer y dificilísimo acto III fue todo un ejemplo de ello. Su partener, Manrico, fue encarnado por el italiano Stefano La Colla, un error de contratación. La voz suena a antigua con un centro plano, nada idiomática y calante en todo el registro. María Luisa Corbacho interpretó a la gitana Azucena de forma convincente por línea de canto y expresividad, si bien, dada su juventud, le faltó un poco de peso vocal. El conde Luna lo interpretó Manuel Lanza quien fue uno de nuestro impecables barítonos, hoy con algunas deficiencias. Mantiene su bello timbre y un fraseo exquisito pero en su famosa aria ”Il balen del suo sorriso” presentó graves problemas técnicos y de estilo. El resto de cantantes cumplió con corrección.

GSF_300117_91

El coro amateur de Amigos del Teatro Calderón hizo cuanto pudo en una ópera en la que tiene mucha participación. Mejor las mujeres que los hombres.

La Orquesta Sinfónica de Castilla y León tuvo una de sus mejores actuaciones situándose a un nivel musical muy alto.

La dirección musical corrió a cargo del joven director asturiano Óliver Díaz, uno de nuestro grandes directores de orquesta que está haciendo una carrera de éxitos imparable. Todo sonó delicado, exquisito, en dinámicas, tensiones, planos sonoros, afinación…

Todo un éxito que fue aplaudido en todos los números y especialmente al final de la ópera.

Francisco García-Rosado