Artistas legendarios. Caruso

Caricatura de Caruso

Nació el 23 de febrero de 1873 en Nápoles. Su familia fue muy pobre. Su padre, Mercellino, era tenor aficionado y Enrico fue el tercero de los siete hijos vivos de los veintiuno que tuvo el matrimonio. Su madré, Ana, murió cuándo el tenía 14 años. Esa situación precaria, en la que vivía su familia, hizo que Enrico tuviese que trabajar desde los 11 años como mecánico, ayudando a su padre, y cantando por las calles y fiestas de Nápoles. Es ahí dónde, con 19 años, le descubre el barítono Eduardo Missiano, quién lo lleva ante el maestro Vergine para una audición. Caruso presentaba una voz de barítono con poco fuelle, y esto no le gustó al maestro, quién lo rechazó. Vergine lo escucha por segunda vez y accede a tenerle como discípulo a cambió del 25% de sus ingresos como cantante durante 5 años. La cuestión es que el maestro pretendía que ese pacto se entendiese referido a 5 años de días cantados, es decir 1.825 días de canto real y no 5 años “naturales”, lo que llevó el tema a los tribunales que fallaron a favor de Caruso, resolviendo el contrato con una pequeña indemnización que Caruso tuvo que abonar a su profesor en concepto de daños y perjuicios.

Debutó en el Teatro San Carlos de Nápoles con la obra “L´amico Fritz”, de Mascagni y, de ahí su carrera se catapultó: Scala, Colón, Covent Garden y, finalmente, el viejo Metropolitan, dónde debutó en noviembre de 1.905, y sería el primer tenor del coliseo neoyorquino durante 17 años y dónde protagonizó más de 800 funciones.

Fumador empedernido, comienza con graves accesos de tos en junio de 1920. El 3 de diciembre, cantando en el MET, se le derrumba encima parte de la escenografía de” Samson y Dalilah” lesionándose en el pecho. El 11 de diciembre, tose en medio de la representación de “El Elixir de Amor” escupiendo sangre. “La Juive”, en la nochebuena de ese año, sería su última representación en público y en su adorado Metropolitan. A principios del año 1921, presenta gran dolor en las costillas y fiebre alta. Decide tomarse unas vacaciones y retornar a su Nápoles natal ese verano. En junio, ya en Italia, se le diagnóstican problemas en un riñón, lo que agraba su estado y cuadro clínico. Fallecería el 2 de agosto, por múltiples infecciones, en el Hotel Vesubio de Nápoles con 48 años de edad.

Fue una auténtica estrella, el primer cantante en realizar grabaciones sonoras. Esto sería en marzo de 1902 en el Gran Hotel de Milán, acompañado al piano por el maestro Cottone. Pongamos un ejemplo de esas grabaciones. Su voz iría evolucionando y avanzando técnicamente desde esa fecha, hasta que comenzaría su declive vocal en 1.917

http://www.youtube.com/watch?v=7UR8ppYHIb8

enrico caruso

Posteriormente, la nueva y emergente “Rca Victor” le ofrece un contrato en exclusiva en 1904 grabando más de 200 discos y vendiendo millones de copias en América y Europa que lo convertirían en millonario. Él propio Caruso, gran dibujante, se autocaricaturizó en estas legendarias e históricas grabaciones.

Su gran visión comercial, hizo que contratase a Edward Bernays – sobrino de Freud, publicista e inventor de la teoría de las relaciones públicas – como su jefe de prensa a su llegada a Estados unidos.

Si bien podríamos clasificarlo como un tenor lírico-spinto, su voz era muy peculiar. Con un centro rotundo, mórbido, anchísimo, con tintes baritonales y riquísimo en armónicos. Gran dominio del fraseo, voz colocada sobre el aliento, dominio del canto legato, bellísimo color y esmalte, magnífico uso de los reguladores. En su debe: dificultad en el registro agudo dónde muchas veces las notas parecen empujadas a partir del pasaje. Pero sin embargo, además de la belleza innata de su instrumento, lo más destacable de Caruso es sin duda su estilo, qué revolucionó el canto tenoril.

En la época del verismo su voz – qué transmitía fuerza, calor y sangre mediterránea – era la ideal para esta corriente operística que estaba triunfando y mostró un camino, para los tenores que vendrían después, en el que se podían abordar otros roles más belcantistas despojándolos de vicios que venían de atrás – como innecesarios adornos, filados interminables o exceso de florituras – pero conservando la esencia del auténtico belcanto del S. XIX, ofreciéndonos un canto más puro, más honesto, más auténtico, despojándolo de todo artificio innecesario para poder disfrutar de la esencia de este arte

Como ejemplo, esta celebérrima grabación de “Una furtiva lagrima” de 1.911

http://www.youtube.com/watch?v=Q7fBFvPQB70

Su repertorio abarcaba 62 roles, con títulos tan diversos y dispares como: “Don Giovanni”, “La Juive”, “La Boheme”, “Lohengrin”, “Tosca”, “Puritani”, “Cavallería Rusticana”, “María di Rohan”, “Sonnambula”, “Il Trovatore”, “Madame Butterfly” … que hicieron enloquecer al público que lo escuchaba, como los que presenciaron aquellas veladas históricas, como aquella famosa Forza en el MET junto con Rosa Ponselle o sus aplaudidísimos y reconocidísimos Radamés:

http://www.youtube.com/watch?v=LWz_JAiDuL0

 

                  “Todo el mundo hablará de él” (Arturo Toscanini)

                  “Él es el canto del alma, el espíritu de la melodía” (Richard Strauss)

                  “He tenido la suerte de encontrarme con tres milagros irrepetibles: Caruso, Ruffo y Ponselle” (Tullio Serafin)

Por Daniel Diz