El verano lleva la ópera fuera de los teatros y la apacible ciudad suiza de Coira, capital del cantón de los Grisones, tiene en el Festival de Ópera del Castillo Haldenstein una escaparate hermoso con trabajos de excelente factura. Este año el título operístico elegido fue el singspiel que Mozart compuso por encargo del emperador José II en 1772. La propuesta escénica de Anthony Palavachi traslada la acción hacia tiempos cercanos al espectador. Incorpora a una actriz (muda) para representar a Konstanze anciana, que vive inmersa en recuerdos de una época en que fue bella y temeraria. Los personajes van pasando frente a ella, actúan, cantan, a veces interactúan con ella, hasta casi perder la inteligibilidad. Al margen de esto, el trabajo de Palavachi es ágil, colorista, con un tono naïf que combina bien con el semiserio de algunas de las páginas. La escenografía y el vestuario (firmados por Tatjana Ivschina) insistieron en la funcionalidad antes que la belleza, sin ir en detrimento de la propuesta, que consigue llegar al objetivo de honestidad partiendo de medios no excesivos. En el foso Philippe Bach dispuso una dirección musical eficaz, a ratos estimulante y en otros momentos pasando a segundo plano para centrar la atención en las espléndidas voces del elenco.
La Kammerphilharmonie Graubünden respondió con solvencia y el trabajo del coro, contadas pero importantes, impecable. Asimismo, muy buen trabajo el de Graciela Rivera-Quiroz con la exigente parte de Konstanze, que la soprano mexicana resolvió con naturalidad, sin forzar un ápice su instrumento, mostró un carisma y personalidad genuinos. El Belmonte de Nazariy Sadivskyy fue interesante, con una voz no grande pero proyectada con brillantez, de sonido homogéneo y firme. Muy esmerados también, la pareja compuesta por Vanessa Lisa Waldhadt (Blonde) y Michael Chacewicz (Pedrillo), voces frescas con entidad. La joven soprano austriaca y el barítono polaco se mostraron muy desenvueltos en escena y solventes en todas sus intervenciones vocales. Con la justa vis cómica y vocalmente convincente el bajo coreano Kyung Ho Park en la no menos difícil parte de Osmin. El joven actor Jonathan Heck en el papel hablado del pachá Selim y la actriz Ursina Hartmann como Kostanze anciana contribuyeron con su buen hacer a la redondez del espectáculo.
Federico Figueroa