Wonderland de Alice Sara Ott: el maravilloso mundo de Grieg

Wonderland de Alice Sara Ott: el maravilloso mundo de Grieg
Wonderland de Alice Sara Ott: el maravilloso mundo de Grieg

La discográfica Deutsche Grammophon nos presenta un C.D. con el sugerente título de Woderland de Alice Sara Ott, donde la pianista interpreta el maravilloso mundo de Grieg. La grabación puede dividirse en dos bloques, el primero de los cuales es una interpretación en directo del Concierto para piano y orquesta en La menor, op. 16 del compositor noruego, en colaboración con la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks bajo la dirección de Esa-Pekka Salonen.

 

Este concierto, si bien no es uno de los más exigentes del gran repertorio a nivel técnico, sí que es muy complejo a la hora de abordarlo por la necesidad de expresividad y musicalidad que requiere de sus intérpretes. Muy clásico a nivel formal, esta hermosa obra es puramente romántica en su estética, evocando el mundo de Grieg, lleno de imaginación y de fantasía. El primer movimiento, Allegro molto moderato, comienza con un tema presentado por el piano, lleno de fuerza y energía al que rápidamente se suma la orquesta. Poco después aparece un segundo tema muy lírico, de gran belleza. Combinando con gran habilidad el carácter lírico y el más vital, una muy buena interpretación en la que la orquesta, muy bien equilibrada, que está perfectamente coordinada con el piano, tocado con mucha expresividad y musicalidad por Ott. Muy bueno el trabajo del viento en este movimiento y de la orquesta en general en su continuo diálogo con el piano; muy buena también la ejecución de la dinámica tanto por la orquesta como por la solista, la cual, toca con solvencia y, fundamentalmente, con muy buen gusto y musicalidad la cadencia, acercándose al clímax jugando eficazmente con la dinámica en un muy buen primer movimiento de este gran concierto para piano y orquesta. El segundo movimiento es un Adagio de tremendo lirismo y de una gran belleza; el tema es presentado por la cuerda frotada y con la intervención de la trompa y la madera antes de que el piano aparezca dando continuidad a ese aire lírico, incluso melancólico, lleno de imaginación y fantasía. Creciendo en intensidad y fuerza pero sin abandonar nunca el lirismo, jugando de forma muy expresiva con la dinámica, la interpretación de Ott está llena de expresividad y musicalidad, siendo de nuevo muy buena la coordinación con la orquesta, muy bien llevada por Esa-Pekka Salonen y en la que la trompa desempeña un destacado papel. Un Allegro moderato molto e marcato cierra este hermoso concierto lleno de fantasía e imaginación, con melodías muy románticas que crean una atmósfera mágica. De nuevo la solista se muestra expresiva y musical, transmitiendo la fuerza que posee la sección A en sus diversas apariciones y evocando el lirismo de las secciones contrastantes con las que se alterna. Continúa el buen entendimiento entre la orquesta y la solista, quien sigue a un alto nivel, con muy buen gusto al tocar. Tanto la flauta como el metal pueden ser destacados en sus apariciones de mayor peso dentro de una orquesta que demuestra un alto nivel. Totalmente coordinados, el espectacular final de este movimiento pone la guinda a este magnífico concierto del compositor noruego.

 

El segundo bloque de este C.D. está constituído por doce piezas líricas para piano sólo, grabadas en estudio, pertenecientes a distintas obras, entre otras, dos arreglos para piano que el propio Grieg hizo de fragmentos de su famoso Peer Gynt. Podemos decir que se trata de una música llena de sencillez, tanto en lo formal, la mayoría de ellas aunque no todas, corresponden con una clara forma tripartita ABA, como en el uso del material melódico. Estas piezas breves, con marcado carácter romántico, son sin embargo complejas, al igual que lo era el concierto, por la necesidad de ser expresivo; es una música en la que no se trata de poseer unos dedos prodigiosos, aunque ciertamente no están al alcance de cualquiera a nivel técnico, sino de evocar las atmósferas de Grieg, por lo tanto el trabajo del intérprete está en entender bien lo que esas partituras llevan implícito y sacarles el partido necesario para crear la atmósfera mágica creada por el compositor. Con variedad en las sensaciones, desde piezas líricas y recogidas a otras animadas e inquietantes o con aires alegres y casi juguetones, utilizar con musicalidad la dinámica y la agógica pasa a ser un aspecto fundamental para ser convincente y, sin duda Alice Sara Ott lo consigue, además de darle un aire expresivo muy acertado a las piezas. Siempre con musicalidad y buen gusto, la pianista saca un gran rendimiento de estas sencillas piezas de clara estética romántica en las que el compositor demuestra su gran personalidad , llena de fantasía e imaginación. Todo un acierto llamar a este disco Wonderland pues en él, y con un gran trabajo de Alice Sara Ott, percibimos el maravilloso mundo de Grieg.

Emilio Lacárcel Vílchez