Crítica: «La bohème» Scala Zeffirelli Por Bernardo Gaitán
La Bohème recuerda el centenario de Franco Zeffirelli en La Scala
Este 2023 se celebra el centenario del nacimiento de Franco Zeffirelli. Nacido originalmente como Gianfranco Corsi, fuera del matrimonio de sus padres en una época en la que los niños nacidos bajo esa condición no podían tomar ni el apellido materno ni el paterno, por lo cual su madre inventó su apellido inspirado en los «zeffiretti» (céfiros) del aria ‘Zeffiretti lusinghieri’ del Idomeneo de Mozart. Crítica: «La bohème» Scala Zeffirelli
En 1963 los planetas se alinearon cuando el regista florentino concibió una de las producciones líricas más impresionantes, conmovedoras y eficaces en la historia de la ópera mundial de uno de los títulos por excelencia y siempre presente en los calendarios de los teatros del planeta: La Bohème de Giacomo Puccini dirigida por Herbert von Karajan. La bellísima producción tradicional se ha vuelto un referente para la dirección escénica a lo largo del tiempo y se ha visto en numerosas ocasiones en el Teatro alla Scala. En este año el teatro milanés decidió remontarla una vez más para festejar los 100 años de Zeffirelli. La historia de los jóvenes bohemios parisinos, sus sueños, emociones y reacciones fueron magistralmente diseñados por Zeffirelli (en esta producción rehecha por Marco Gandini) inspirados en la novela de Henri Murger. La escenografía, también firmada por Zeffirelli, es impresionante, en particular el «Quartier Latin» del segundo cuadro con el típico mercadillo navideño, el rústico «Caffè Momus» y la abundante cantidad de gente bien vestida que pasea en Nochebuena – gracias al diseño de Piero Tosi retomados en esta producción por Anna Biagiotti – o la fría y nevada «Barrière d’Enfer» del tercer cuadro, donde la nieve cae lentamente cubriendo el escenario mientras al público le invade la sensación de frío. Crítica: «La bohème» Scala Zeffirelli
En el foso de orquesta del teatro milanés debutaba Eun Sun Kim, quien curiosamente debutó como concertadora justo con La Bohéme. La batuta de la directora coreana paso sin pena ni gloria. Los momentos de temperamento y las arias fueron ejecutadas dignamente; algunas de sus propuestas fueron algo excéntricas, en particular el tempo exageradamente lento en el vals de Musetta o el velocísimo y casi caótico dialogo entre Rodolfo y Marcello del primer cuadro. La Orquesta del Teatro alla Scala respondió fielmente a las extravagantes exigencias de la actual directora de la Ópera de San Francisco.
Encarnando el entrañable rol de Mimì estuvo la infalible Marina Rebeka, que demostró la enorme experiencia que tiene interpretando este papel. Ella ofrece una Mimì de antología y referencia. La aplaudida soprano letona cuenta con una voz seductora, potente, llena de armónicos y saludable. Su capacidad histriónica es sobrecogedora, aunada a su impecable dicción italiana. Fue capaz de enternecernos durante su aria Si, mi chiamano Mimì, de hacernos languidecer con Donde lieta uscì y de, literalmente, arrancar lágrimas en la escena de su muerte. Todas interpretadas de manera simplemente perfecta. Rodolfo, el poeta enamorado de Mimì, fue interpretado por Freddie De Tommaso. Se podría decir que el tenor anglo-italiano ofreció dos versiones del personaje, uno de escaso recorrido y anodino durante el primer acto. Por desgracia es aquí donde acontece su momento estrella: el aria Che gelida manina, en la cual, salvo por el do sobre agudo muy bien ejecutado, no tuvo nada de espectacular. Mientras que para el tercer acto y sobre todo el cuarto sacó la casta y nos regaló un Rodolfo pleno, lleno de energía y vocalmente muy convincente. El joven tenor – con apenas 30 años- posee sobreagudos afianzados y coloridos, así como un registro central cálido. Digno de mención fue el «O Mimi, tu più non torni» junto a Luca Micheletti quien interpretó el rol de Marcello. El pintor del barítono lombardo fue convincente. Poseedor de una voz robusta y agradable fue actoralmente completo, lo que lo confirma como un buen artista. Crítica: «La bohème» Scala Zeffirelli
Por su parte, la Musetta de Irina Lungu sufrió la misma suerte que Rodolfo, el segundo cuadro, que contiene el famoso vals «Quando m’en vo», fue solamente cumplidora pero para los últimos dos cuadros su desempeño escénico y vocal fueron superiores. Muy apreciado fue el cambio radical de personalidad de la coqueta chica frívola a la amiga solidaria. Para las últimas funciones de marzo, Lungu dejará el rol de Musetta a Mariam Battistelli para protagonizar a Mimì. Una lástima que el rol del músico Schaunard no tenga más interacción, pues hubiera permitido al barítono Alessio Arduini exhibir su bella voz y su gran talento. El bajo sudcoreano Jongmin Park por su parte interpretó al filósofo Colline, quien regresa nuevamente al teatro milanés probablemente por su cavernosa y engolada voz de obscuro color que no es común de encontrar en europeos. Fue muy aplaudido por su aria Vecchia zimarra. Crítica: «La bohème» Scala Zeffirelli
Como siempre, el Coro del Teatro alla Scala fue muy bien preparado por Alberto Malazzi así como el del Coro de Niños de la Academia del Teatro alla Scala dirigido por el veterano Bruno Casoni.
7 de marzo de 2023, Milán (Teatro alla Scala) La bohème Ópera en cuatro actos con música de Giacomo Puccini y libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica
Eun Sun Kim, dirección musical. Franco Zeffirelli, regia y escenografía (repuesta por Marco Gandini). Piero Tosi, vestuario (repuesta por Anna Biagiotti). Marco Filibeck, iluminación. Alberto Malazzi, Maestro de coro. Bruno Casoni, Maestro de coro de niños.
Solistas: Marina Rebeka, Freddie De Tommaso, Luca Micheletti, Irina Lungu, Alessio Arduini, Jongmin Park, Hyun-Seo Davide Park, Andrea Concetti, Giuseppe De Luca, Alessandro Senes, Luigi Albani.