A los 80 años de edad, falleció en Buenos Aires el Regisseur argentino Roberto Oswald, de destacadísima trayectoria en su país y en el mundo.
Durante largos años mantuvo una fecunda relación con el Teatro Colón para el que diseñó más de 140 escenografías para ópera y ballet, desde su primer Pelleas et Melisande de 1964 hasta la temporada pasada. En 1979 incursiona en la régie, disciplina en las que se destacaría -según su propia evaluación- por sus producciones wagnerianas, y sus concepciones de Aida y La mujer sin sombra. Oswald ocupó a lo largo de su carrera varios cargos en el primer coliseo, como director técnico y director de producción visual. Fue además distinguido como ciudadano ilustre y recibió tres premios Konex durante su trayectoria artística.Sus últimos trabajos en el Colón fueron las direcciones escénicas de Falstaff y Lohengrin, así como el diseño de iluminación de La bella durmiente del bosque y El corsario para el Ballet Estable. Este último fue montado en la Metropolitan Opera de Nueva York, a donde llegó por primera vez una producción integral del Teatro Colón.
A lo largo de tan fructífera carrera su nombre fue consolidándose como sinónimo de calidad, brindando en el escenario puestas y diseños que se ponían al servicio de la obra sin pretender forzar con libres interpretaciones lo que los autores ya habían dicho con claridad. Esta postura no le impidió, sin embargo, innovar y buscar formas plásticas que renovaran la escena, pero teniendo siempre el límite de la fidelidad al texto. Varias generaciones de público agradecemos al Maestro Oswald su compromiso con el Arte y con la belleza.

