Esplendor de Celso Albelo y brillantez de un joven elenco
Fue la gran noche de Celso Albelo, el internacional tenor lagunero que vuelve a Las Palmas en un m omento no solo dulce, mas bien esplendoroso, de voz y de lìnea. La primera ya es única en el panorama mundial de su cuerda por aunar el color y la elasticidad «di grazia» con la consistencia del lirico puro y el poder casi «spinto» de las puntaturas extremas, prolongadas en inagotable fiato con firmeza y seguridad sin parangón. El primero de los «re» sobreagudos de la noche, el de la escena «A te, o cara», llenó el teatro y parecia increible en una voz aún belcantista. En cuanto a la lìnea, es la del fraseo elegante y contenido en terminos emotivos, tan culta como la del mejor estilista. Pontiggia evocó al final las cuatro décadas largas que han pasado desde que Kraus estrenó en la ciudad este título belliniano, celebrando a Albelo como un sucesor de su talla. Tan solo dijo la verdad.
El belcanto descansa primordiamente en las voces, y esta producciòn reúne generosamente un elenco joven, entregado y muy brillante. La soprano Mariola Cantarero demostró conservar la agilidad de entonaciòn y las limpias coloraturas de su primer repertorio, ahora aternado con roles de mayor peso. Su personaje agotador exige alternativas de gran lucimiento en el poder y también sutiles vocalizaciones a media voz. Muy forzada en las alturas-límite durante la primera parte, redondeó satisfactoriamente la proyecciòn en la segunda, con momentos extraordinarios en el capolavoro «Qui la voce sua soave», planificado con inteligencia y, siempre, con pasión.
Dos excelentes cantantes, el barítono ruso (debutante) Roman Burdenko y el bajo argentino Fernando Radó, bordaron por belleza tìmbrica y facultades las muchas pàginas a solo que les confìa Bellini, culminando una actuaciòn excelente con el duo «Il rival salvar tu dei» que culmina gloriosamente en el celebérrimo «Suoni la tromba». Y completaron el cartel tres estupendos profesionales canarios que siempre cumplen con rigor: la mezzo Rosa Delia Martín Martin, el tenor Badel Abelo (hermano de Celso) y el barítono Airam de Acosta.
Los colectivos se comportaron con calidad: un poco excedida de volumen la Orquesta Filarmònica por el afán del muy vital y competente maestro Eric Hull de dar a la partitura presencia y densidad sinfónicas de las que carece. En evidente progreso, Olga Santana consigue redondear casi satisfactoriamente las cuerdas y el equilibrio del Coro de la Opera, muy nutrido en esta ocasión y esencial por sus paginas privativas y concertantes.
La escena de Pontiggia, en decorado único, simétrico y de perspectiva frontal, con pequeños cambios de atrezzo, supera con dignidad las estrecheces presupuestarias y se recrea en la lograda plástica de los grupos humanos y su movimiento. El final fue muy cálido en el premio del público a solistas y coro.
Espectáculo
«I puritani» de Vincenzo Bellini, tercero de la 47º temporada de Amigos Canarios de la Opera en el Teatro Perez Galdos. Primera funciòn, 26 de abril de 2014.
Intérpretes principales:
Celso Albelo, Mariola Cantarero, Roman Burdenko y Fernado Radó. Orqesta Filarmonica de Gran Canaria y Coro de la Opera.
Director musical Eric Hull. Director escénico: Mario Pontiggia. Coro: Olga Santana
G,Garcia-Alcalde
