Eine Deutsche Requiem en San Sebastián

 

Eine Deutsche Requiem en San Sebastián
Eine Deutsche Requiem en San Sebastián

Esta obra de Johannes Brahms no es un Requiem al uso, ya que no se trata de la música para una misa de difuntos, sino más bien de una composición entre la cantata y el oratorio, en la que los textos – seleccionados por el mismo Brahms – están sacados de relatos bíblicos y tienen un profundo mensaje de humanismo y esperanza. Me ha parecido muy oportuno el comentario que hace Mercedes Albaina en las notas al programa, refiriéndose a la intención que Brahms tuvo en algún momento de cambiar el título de Requiem Alemán por Requiem Humano.

Este Requiem es una de las obras más exigentes jamás escritas para un Coro y en la que se pone a prueba a calidad del mismo. Tengo que decir que el Orfeón Donostiarra no solamente ha estado a la altura exigible en el Eine Deutsche Requiem en San Sebastián, sino que se ha convertido en el auténtico protagonista del concierto. Sus en esta ocasión 136 miembros han dado toda una lección de poderío y musicalidad, Ya desde su entrada en el primer movimiento demostraron su excepcional calidad, con unas notas en piano verdaderamente espectaculares. Ha sido ésta la tercera ocasión en que el Orfeón Donstiarra ha actuado en esta edición de la Quincena Musical y ha sido su actuación más brillante y espectacular.

He cambiado el orden habitual de los actuantes en este concierto, porque me parecía de justicia destacar a quien ha sido el gran triunfador de este Requiem, lo que no significa desmerecer a los otros integrantes, aunque para mí no han estado a la excepcional altura mostrada por el Orfeón Donostiarra. La dirección de Jukka-Pekka Saraste del Eine Deutsche Requiem en San Sebastián me pareció muy solvente y eficaz, aunque eché en falta mayores dosis de emoción. El director finlandés es el titular desde hace 5 años de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia, una de las formaciones alemanas más implicadas en la música del siglo XX. Indudablemente, estamos ante una orquesta importante, que cumplió muy bien con su cometido, aunque eché en falta mayor brillantez en su sonido, si la comparamos con lo que nos ofreció hace unos días la de San Petersburgo.

Eine Deutsche Requiem en San Sebastián
Eine Deutsche Requiem en San Sebastián

Finalmente, los solistas del Eine Deutsche Requiem en San Sebastián eran el barítono kuwaití Tareq Nazmi y la soprano alemana Sophia Brommer. Los dos lo hicieron razonablemente bien, aunque no sean voces de gran calidad y en el caso de la soprano se echaban en falta mayor variedad de colores en su timbre.

El Kursaal estaba una vez más lleno y el público tributó una cálida acogida a los artistas, especialmente y con todo merecimiento al Orfeón Donostiarra.

El concierto comenzó con nada menos que 11 minutos de retraso, lo que parece a todas luces abusivo. Muchos se preguntarán por qué hago siempre referencia a los retrasos en el inicio de los espectáculos. Pues bien, lo hago porque en mi opinión los espectáculos musicales resultan de responsabilidad muy desigual e injusta en este sentido. Si el espectador llega tarde, se expone a no poder entrar en la sala, como nos ha ocurrido en ocasiones a lo que frecuentamos los teatros. Sin embargo, nada ocurre si el comienzo se retrasa. Esto es una especie de ley del embudo, que conviene desterrar cuanto antes.

La duración del concierto fue de una hora y 5 minutos, sin interrupción. Cinco minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 68 euros, costando 18 euros la más barata con visibilidad.

Terminaré diciendo que ha sido para mí esta edición de la Quincena Musical una de las más exitosas, al menos en los espectáculos a los que he podido asistir. Que dure.

José M. Irurzun