Crítica: Concierto de «La Dispersione» en Les Arts

Por Pedro Valbuena Crítica «La Dispersione» Les Arts

Porque también hubo un buen barroco español

Con el concierto de esta tarde se clausura el pequeño ciclo que el Palau de Les Arts ha dedicado por tercera edición consecutiva, al repertorio de cámara y operístico anterior al s. XIX, denominado Les Arts és Barroc. Parece por tanto que el ciclo se va consolidando, y afortunadamente no tiene ya cariz de experimento sino de verdadero proyecto. Por tanto es de esperar que se consolide definitivamente, y que desde la dirección de Les Arts se vaya implementando en cada temporada, tanto en número de conciertos como en su variedad. En sus tres primeras ediciones ha estado constituido por cuatro veladas de alto nivel artístico,  y muy bien diseñadas como complemento a la programación general. Este ciclo tiene un valor añadido, ya que constituye una plataforma promocional de primer nivel para artistas y agrupaciones locales. Crítica «La Dispersione» Les Arts

Atendiendo a ese criterio se ha clausurado la edición de este año con la actuación de «La Dispersione«, uno de los conjuntos más prestigiosos y longevos de la Comunidad Valenciana. Su nombre debe provenir de la flexibilidad de su plantilla, ya que les hemos visto actuar en formación de triosonata y con formato orquestal. En esta ocasión eran uno por voz, o sea, dos violines, viola, bajo y continuo, y lo cierto es que para estas fuerzas no era precisa la figura del director a batuta. Hecha esta salvedad, diremos que Joan B. Boïls condujo a sus músicos de forma acertada. Entradas, cadencias  y unísonos fueron muy precisos, y la elección del tempo en la mayoría de las piezas fue el adecuado. La cuerda sonó todo lo bien que se puede sonar en un espacio tan absorbente como es la sala Martín i Soler. La proyección del sonido quedó corta, en parte también porque el repertorio operístico y sinfónico que se seleccionó para este recital exige una plantilla obligatoriamente más nutrida. Sin duda, lo mejor fue la actuación de los continuistas. Desde el clave un experimentado Ignasi Jordá desplegó amplios arpegios y puentes melódicos, que rellenaron a la perfección los vacíos que deja un conjunto tan exiguo, y proporcionando al esemble cuerpo y calado. El otro protagonista de la sección instrumental fue Aníbal Soriano, que con su tiorba, y especialmente con su guitarra, insufló tal grado de energía que consiguió que el concierto no decayese en su momento más débil. Paseó con soltura por el escenario, acompañó a la cantante en una de sus salidas y preludió de forma virtuosística alguna de las arias. 

El repertorio instrumental fue la parte menos interesante de la velada, ya que la obertura de Martín i Soler es una pieza insípida, que no tiene más interés que el de haber sido compuesta por un valenciano, y la sinfonía de Boccherini (transformada de facto en un cuarteto de cuerda) tampoco es de lo más destacado en la producción de este excelente compositor. Sin embargo, las arias tenían una gran contundencia tanto por la calidad de su escritura como por la interpretación que de ellas hizo Margarita Rodríguez, que cantó con gracia cuando hizo falta y con profundo patetismo cuando los pentagramas así lo requerían. Muy dramática y efectista fue la interpretación in disparte, del anónimo Nani, nani, que fue interpretado en procesión desde el patio de butacas hasta el escenario, donde se engarzó la voz con el acompañamiento instrumental que la esperaba en conmovedor silencio. Muy hermosa fue también su versión de la impresionante aria, Adiós, prenda de mi amor, de José de Nebra, un aria a la altura de las mejores páginas de Porpora o Vivaldi, y quizá levemente inspirada en ellos. Crítica «La Dispersione» Les Arts

Perfecto acorde final para esta tercera edición de Les Arts és Barroc. Queremos más música barroca, más programas interesantes y más valencianos sobre el escenario.

Valencia, 24 de abril de 2024. Palau de Les Atts. Sala Martín i Soler. La dispersione. Joan B. Boïls, dirección musical. Margarita Rodriguez, Soprano. OW