Crítica: Recital lírico de Sandra Pastrana en Madrid

Crítica: Recital Sandra Pastrana Madrid Por Federico Figueroa

El delicioso recital lírico que ofrecieron la mezzosoprano Sandra Pastrana y el pianista Sebastián Mariné en el Real Casino de Madrid fue un intenso viaje emocional por España o lo que de ella imaginaron diversos compositores.

Sebastián Mariné y Sandra Pastrana, al final del recital del Real Casino de Madrid / Foto: Daniel Sáez - RCM
Sebastián Mariné y Sandra Pastrana, al final del recital del Real Casino de Madrid / Foto: Daniel Sáez – RCM

Ritmos y melodías como la que Mozart compuso para Cherubino de la ópera Le nozze di Figaro. Con el aria «Voi che sapete», bien entonada y con el toque de jovialidad idóneo, Pastrana arrancó la primera parte del recital, inmediatamente llevada, con cierta coquetería, a dos canciones de Gaetano Donizetti («Me voglio fa na casa» y «L’amante spagnuolo») con las que calento motores para entrar de lleno en un repertorio mucho más demandante, como es la Habanera y «Près des remparts de Séville» de la ópera Carmen, resueltas con soltura por su bien timbrado instrumento. Sebastián Mariné interpretó delicadamente la famosa «Danza de las horas» de la ópera La Gioconda para dar paso a la bella y difícil canción del velo («Nel giardin del bello»),  que canta la Princesa de Éboli en la ópera Don Carlo, en la que la mezzosoprano granadina lució de arriba abajo, con el registro central macizo, las agilidades bien puestas y el timbre hermoso.

Sandra Pastrana y Sebastián Mariné en el espléndido Salón Real del Real Casino de Madrid / Foto: Daniel Sáez – RCM

 

En la segunda parte, Pastrana y Mariné exploraron el repertorio hispano, iniciando con una muy sentida interpretación de «Sierras de Granada», de la zarzuela La tempranica , que le quedó como anillo al dedo a las cualidades vocales de la cantantes y contrastó con la siguiente pieza, más «de andar por casa»: el Tango de La Menegilda de La Gran Vía. En este registro también encontramos una cantante flexible y conocedora de los muchos registros que exige la zarzuela. El pianista ofreció, un tanto arrebatado, el «Intermedio» de Bohemios y la mezzosoprano regresó al escenario con la «Canción de Paloma» de El baberillo de Lavapiés, en la que se notó el dominio y conocimiento de su respiración. Continuó con una divertida lectura de «La tarántula», también de La tempranica y como broche final nos ofreció un deslumbrante «De España vengo» (El niño judío) en el que mostró todas las cualidades ya mencionadas a lo largo de estas líneas. El público que abarrotaba el bello salón del Real Casino de Madrid aplaudió en pie y los artistas dieron una propina que fue muy aplaudida.


Madrid (Real Casino de Madrid), 7 de marzo de 2024    Recital lírico. Obras de: Mozart, Donizetti, Bizet, Verdi, Chueca, Giménez, Vives, Luna, etc.                                          Sandra Pastrana, mezzosoprano.  Sebastián Mariné, pianista.