«L’elisir d’amore» de Javier Camarena en el Met

«L’elisir d’amore» Javier Camarena Met Por Carlos J. López Rayward

La Metropolitan Opera de Nueva York ofrece la ópera L’elisir d’amore, recuperando la producción de Bartlett Sher con un debutante en el foso, el director Michele Gamba. El elenco hace gala del poder de convocatoria del Met, con Javier Camarena, Golda Schultz, Davide Luciano y Ambrogio Maestri en los papeles principales.

Javier Camarena como Nemorino y Golda Schultz como Adina en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera
Javier Camarena como Nemorino y Golda Schultz como Adina en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera

La compañía comienza el año como lo terminó, con resultados irregulares en la calidad y menos público del esperado. Ni siquiera el famoso tenor Javier Camarena consigue llenar estos días el enorme teatro del Lincoln Center, y los huecos en la sala, sobre todo en las butacas más caras, parecen ya algo habitual. «L’elisir d’amore» Javier Camarena Met

L’elisir d’amore de Donizetti es una estupenda manera de comenzar el año operístico en Nueva York. La producción del director de escena americano Bartlett Sher se vio por primera vez aquí en la ¨prima della prima¨ de la temporada 2012/13. En aquella ocasión, curiosamente, participó también el barítono Ambrogio Maestri, que vuelve al Met en el papel de Dulcamara. Si aquel reparto contaba con Anna Netrebko como reclamo principal, en esta ocasión es el tenor Javier Camarena quien concita gran parte de la atención del público.

La producción de Sher no ha mejorado con el tiempo. En línea con su Roméo et Juliette de Gounod, no tiene el refinamiento de sus producciones verdianas para Otello y Rigoletto. En este revival, dirigido por la experimentada Gina Lapinski, sufrimos con la visión de un decorado descuidado y desvencijado, falto de brillo y espectacularidad. Apenas consigue sostenerse como lienzo para el belcanto, y en ocasiones se antoja más como impedimento que como ayuda para los artistas. Un fracaso de cartón-piedra del que el Met se debería de deshacer cuanto antes.

El director de orquesta italiano Michele Gamba se presenta por primera vez en la Metropolitan de Nueva York. Gamba ha sido asistente de Antonio Pappano y Daniel Barenboim, y ya debutó en la Scala de Milán con esta misma ópera en 2021. Gamba no supo hacerse con el control de la orquesta del Met, que da muestras de rebeldía e irregularidad, con unos profesores poco atentos a los gestos de Gamba, por lo demás esquemáticos y cumplidores. Las ideas están ahí, pero el italiano no pudo llevarlas a término, al menos en la noche del estreno. La poca autoridad del director quedó patente cuando Javier Camarena interrumpió la acción con un grito mexicano que Gamba no pareció apreciar tanto como el público de Nueva York. No obstante, esta es una carrera de fondo, y Gamba tendrá ocasión de redimirse en las once representaciones que le restan en el Met, tanto en enero como en abril.

Javier Camarena como Nemorino en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera
Javier Camarena como Nemorino en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera

El tenor mexicano Javier Camarena sabe muy bien lo que es triunfar en el Met. Muy querido en Nueva York, Camarena reaparece en el Lincoln Center tras su desilusionante actuación como Edgardo en la Lucia de la temporada pasada junto a Nadine Sierra. En esta ocasión, pudimos ver a un Nemorino que en el día del estreno fue de menos a más. La actuación tuvo como punto de inflexión el descanso, tras el cual es mexicano comenzó a soltar agudos no escritos, a alargar la línea, apianando y expandiendo el canto en hermosas mese di voce, todo ello sin dejar de moverse por el escenario, en una interpretación emotiva, energética y propositiva. La enorme ovación tras su aria «Una furtiva lagrima», no por esperada dejó de emocionar al artista, que se entregó como acostumbra. Merece la pena acercarse al Met y disfrutar del arte de Camarena que, pese a los defectos vocales ya comentados en alguna ocasión, mantiene con justicia el interés que arrastran las grandes figuras de su cuerda.

Golda Schultz como Adina en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera
Golda Schultz como Adina en el Met. Foto: Marty Sohl / Met Opera

La soprano sudafricana Golda Schultz sigue tratando de llenar la sala del Met con su pequeña vocecita. La técnica, espléndida y bien trabajada, se manifiesta en una proyección casi milagrosa, teniendo en cuenta las dimensiones de su instrumento. El timbre es espléndido, con hermosas irisaciones que resplandecen en una línea cantada siempre en legato y a media voz. Una golosina sonora que desaparece por momentos bajo la orquesta de Gamba y cuyos lujos deberían buscar acomodo en salas más recogidas.

El barítono italiano Davide Luciano, con un carácter eminentemente tenoril pero con agudos apretados, de centro asentado, graves sanos y confiada apostura, fue un Belcore apreciable y disfrutón, aunque tal vez por el peso de la responsabilidad en el estreno, no se soltó en lo actoral. Su belcore mejorará en cómico a medida que se vaya haciendo al escenario y al público. Por su parte, la mezzosoprano Brittany Renee se limitó a cumplir como Giannetta, y tuvo problemas para hacerse oir en los ensembles.

Ambrogio Maestri es un gigante en escena. Con el recuerdo aún fresco de sus apariciones como Falstaff y Michonet en Adriana Lecouvreur, el público volvió a disfrutar del barítono italiano. Y es que Maestri nunca falla en el Met. El artista, pese a una propuesta más bien hierática en escena, sabe decir el texto con gracia y resultar creíble en el papel del mercachifle Dulcamara. La voz sigue en buena forma pese a los años, con un timbre asentado y homogéneo y una línea de canto sana y musical. La experiencia le permite lujos al alcance de muy pocos: Maestri se zampa un enorme plato de espagueti en escena sin parar de cantar, Sin duda, esa sabiduría de artesano de la ópera es un apoyo impagable para sus jóvenes compañeros.

Ambrogio Maestri es Dulcamara "L'Elisir d'Amore." de Donizetti. Foto: Marty Sohl / Met Opera
Ambrogio Maestri es Dulcamara «L’Elisir d’Amore.» de Donizetti. Foto: Marty Sohl / Met Opera

El coro del Met tuvo una de sus apariciones más discretas en toda la temporada. En ocasiones parece increíble que este conjunto sea el mismo que clavaba al espectador a la butaca en Peter Grimes, tan solo hace unos pocos meses. Debería tomar nota Donald Palumbo, pues la consistencia y la regularidad del coro del Met han sido su seña de identidad durante décadas, y no deberían dejar de serlo.

El Met afronta el ecuador de la temporada con las mañas propias de una compañía en transición, que busca reencontrar su calidad tradicional manteniendo un ritmo frenético de producciones. Aunque los cuerpos estables dan muestras de agotamiento, estos disgustos aun parecen tan solo rasguños una maquinaria que aún tiene motor para rato. El tiempo dirá.

OW


Metropolitan Opera de Nueva York, a 10 de enero de 2023. L’elisir d’amore, melodramma giocoso en dos actos con música de Gaetano Donizetti y libreto en italiano de Felice Romani, basado en el libreto Le philtre (1831), de Eugène Scribe, para la ópera de Daniel-François Auber.

Dirección Musical: Michele Gamba (debut), Producción: Bartlett Sher, Escenografía: Michael yeargan, Vestuario: Catherine Zuber, Iluminación: Jennifer Tipton, Dirección del revival: Gina Lapinski.

Reparto: Brittany Rence, Javier Camarena, Golda Schultz, Davide Luciano, Ambrogio Maestri.  Clave: Dimitri Dover