Isabel Leonard y Pablo Sáinz-Villegas en Nueva York Por Carlos Javier López Sánchez
La afición de Nueva York siempre acude al reclamo de la música española. Quedó patente de nuevo en el intimista recital ofrecido por la mezzosoprano neoyorkina Isabel Leonard y el guitarrista riojano Pablo Sáinz-Villegas.
El concierto, del que los asistentes no tenían programa, comenzó con ¨Près des remparts de Séville¨ de Carmen de Bizet. El magnífico contraste entre el sonido de la guitarra y el aterciopelado timbre de la cantante se hizo patente de inmediato, anticipando una gran velada, pese al evidente envaramiento inicial de la cantante.
Le siguió otro caballo de batalla de la mezzo, la famosa aria de Cherubino ¨Voi che sapete¨, de Mozart. Aquí Leonard se mostró musical y elevada, con una elegancia acaso excesiva para el personaje, pero en todo caso oportuna para la ocasión. Sáinz Villegas la seguía con intención, perfecto en el contrapunto, dando a la pieza un singular aire de ensoñadora añoranza.
Siguiendo el hilo temático de la música de inspiración española, Isabel Leonard cantó «Tu n’es pas beau, tu n’es pas riche» de La Périchole de Offenbach, donde el público premió su complicidad con el guitarrista español. Leonard se mostró más incisiva aquí, con un mayor esfuerzo en el fraseo, lo que le dio a la pieza una dosis suplementaria de expresividad.
Sáinz-Villegas tuvo su momento de lucimiento interpretando Recuerdos de la Alhambra de Tárrega. Su versión de la evocadora pieza sólo se vio empañada por la impertinencia de un público que parecía incapaz de controlar sus teléfonos móviles, que sonaban en los momentos más inoportunos. De no ser por eso, la garra artística del español habría brillado como se merece.
Manuel de Falla estuvo representado con las ¨7 canciones populares españolas¨, donde a Leonard le faltó el pellizco y la picardía que pide la pieza. Sobrada en lo vocal, con inflexiones inspiradas y oportunos acentos sobre la guitarra, tanto la jota como la nana se disfrutaron en plenitud a pesar de la heterodoxia en el estilo.
Algo parecido sucedió con la algo fallida La Tarara, con arreglos de Narciso Yepes, que pasó sin pena ni gloria por la falta de verdad y salero de Leonard, a años luz de la versión de Teresa Berganza, de la que resultaba imposible abstraerse. Más lucida resultó la Nana de Sevilla, muy acariciadora. Escuchar Viva Sevilla, viva Triana de García Lorca en la voz de Leonard en el Lincoln Center de Nueva York es emocionante para todo español. Es inevitable. Sáinz-Villegas le puso una punta de autenticidad mientras que Leonard, incomprensiblemente sentada en una banqueta, podría haberle puedo más interés y expresividad. No le pedimos que toque las castañuelas, pero acaso un asomo de aire flamenco habría catapultado el efecto de estas canciones.
Como vemos, la mezzo, norteamericana pero de origen argentino por parte de padre, no se atrevió con el flamenco. Sáinz-Villegas, por el contrario, se desmarcó con una sobresaliente versión de Tango en Skai de Roland Dyens. Isabel Leonard recogió el guante con una contenida aunque emocionante versión de El día que me quieras, de Carlos Gardel, con la que, por fin, pudo conectar con el auditorio. El concierto llegó a su punto álgido con Alfonsina y el mar de Félix Luna y Ariel Ramírez. Aquí la Leonard se gustó, cantando de manera impecable, elegante y musical como siempre, pero esta vez mucho más comunicativa, coloreando la línea con resonancias de pecho y delicados falsetes. Una delicia.
Como propinas, la pareja de artistas ofreció Sabor a mí de Álvaro Carrillo, L’amour est un oiseau rebelle de Bizet, el bolero Bésame mucho de Consuelo Velázquez y la inolvidable Cielito Lindo de Quirino Mendoza y Cortés, coreada a placer por todo el auditorio.
Al final del concierto, cundió la sensación de que Leonard consiguió lo que pretendía, homenajear a la música española e hispanoamericana en un concierto elegante e intimista. No obstante, hasta la propia intérprete pareció darse cuenta de que este repertorio es tan difícil de interpretar como fácil de subestimar.
Alice Tully Hall, Lincoln Center, a 9 de diciembre de 2022. Isabel Leonard, mezzosoprano. Pablo Sáinz-Villegas, guitarra. Obras de Bizet, Mozart, Tárrega, Falla, Gardel, Ramírez, Velázquez, Carrillo, Mendoza y Cortés y otros.