Rigoletto. Verdi. Bruselas

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Rigoletto: Al final ganaron los de abajo

El Teatro Real de La Monnaie de Bruselas presenta dentro de su temporada 2013/14 una versión de Rigoletto de Verdi, dirigida por Carlo Rizzi y Robert Carsen. Una visión espectacular y arriesgada que incluyó al barítono griego  Dmitri Platanias en el papel titular, junto a Arturo Chacón-Cruz, Ain Anger y Simona Šaturová.

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El director de escena canadiense plantea la acción bajo la carpa de un circo (una metáfora, tal vez, de lo inestable del poder bajo los designios del destino, en línea con la idea original de Verdi). Unas gradas desnudas son el único horizonte de una escena sin exteriores, completando un ambiente asfixiante y sórdido. Allí proliferan bailarinas de striptease (en lugar de damas de la corte ducal) y divertidos saltimbanquis (en lugar de cobistas palaciegos), actores secundarios de una grey escénica donde Rigoletto es un pagliaccio oscuro y misterioso, más bufón vengativo que padre amante. Debe resaltarse la extraña relación entre Gilda y Rigoletto que, pese a lo que dice el libreto, viven distantes, como en mundos separados. Carsen entiende aquí bien la idea, tan verdiana, de una Gilda espiritual e idealista (Gilda canta el aria del segundo acto suspendida en un trapecio a cinco metros sobre el escenario)  y un bufón terrenal y miserable. Sin embargo, la música propone un juego delicado de afectos encontrados, en una tensión constante entre la virtud y el pecado, el perdón y la venganza, el honor y la ignominia, donde nada es del todo lo que parece. Por eso, la versión de Carsen, pese a ser congruente, aparece exagerada y simplista. Pese a todo, el resultado es interesante, limpio y espectacular.

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La primavera en Bruselas ha hecho estragos en la salud de los artistas, y las autoridades del teatro se han visto avocadas a distintos malabarismos para cuadrar los repartos. La soprano eslovaca Simona Šaturová saltó a las tablas con un instrumento disminuido que hizo sufrir a un público que al final aplaudió más el esfuerzo realizado que su deficiente interpretación.  El tenor mexicano Arturo Chacón-Cruz dibujó un ducca redondo en lo actoral, brilló con sus agudos, proyectados con habilidad, aunque su voz suena demasiado hueca en la zona media y anduvo algo gritón en aria y cavaletta Ella mi fu rapita, con un canto aproximativo. El bajo estonio Ain Anger brindó un sugerente Sparafucile, con la voz en su sitio, y una presencia escénica epatante. Dimitri Platanias, barítono griego que debutaba en La Monnaie, fue un Rigoletto contundente en lo vocal, con todo lo que se puede pedir al personaje. Su voz es directa y estuchada, de las que emocionan con facilidad, grande y bien proyectada, muy verdiana. Con evidentes carencias actorales, Platanias se esmera para conseguir que su expresión corporal siga a la voz, sin conseguirlo del todo. Al lado del carismático Chacón-Cruz y su cohorte de acróbatas, su estatismo le aporta cierto patetismo. Sin duda, su interpretación puede disfrutarse completamente y supone lo más jugoso de la producción.

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El maestro Carlo Rizzi cumplió como se esperaba, si bien se echó en falta una propuesta clara por parte del foso, que estuvo errático y grueso, sobretodo en el primer acto. El coro, preparado por Martino Fraggiani, superó el desafío propuesto por Robert Carsen, y consiguió compaginar una apreciable calidad musical con una movilidad escénica muy exigente.

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La voz de Platanias recordando la maldición que le había costado la vida a Gilda, resonaba emotiva al final de la ópera. Mientras, el cuerpo desnudo de una acróbata caía inerme desde lo alto del escenario, desenredándose en un sudario rojo. Al final ganaron los de abajo.

 

Carlos Javier López Sánchez

@CarlosJavierLS

Music direction: Carlo Rizzi/ Director: Robert Carsen/ Reprisal of staging: Gayral Christophe/ Set design: Radu Boruzescu/ Costumes: Miruna Boruzescu/ Lighting: Robert Carsen, Peter Van Praet/ Dramaturgy: Ian Burton/ Choreography: Philippe Giraudeau/ Chorus direction: Martino Faggiani

Il Duca di Mantova: Arturo Chacón-Cruz / Rigoletto: Dimitri Platanias / Gilda: Simona Šaturová / Sparafucile: Ain Anger / Maddalena: Sara Fulgoni/ Giovanna: Carole Wilson/ Il Conte di Monterone: Carlo Cigni/ Marullo: Jean-Luc Ballestra/ Matteo Borsa: Roberto Covatta/ Il Conte di Ceprano: Laurent Kubla/ La Contessa di Ceprano: Yvette Bonner/ Usciere di Corte: Gerard Lavalle/ Orchestra & chorus: La Monnaie Symphony Orchestra & Men’s Chorus