Auditorio El Baluarte de Pamplona. 12 Octubre 2014.
Versión de concierto.
Uno de los eventos más atractivos en este arranque de la temporada internacional de ópera era justamente la gira de Joyce DiDonato con la ópera Alcina. Al indudable reclamo de su nombre se unían el de Harry Bicket y la estupenda orquesta barroca de los English Concert, además de un reparto vocal importante y sin fisuras. La gira de conciertos se inició el pasado día 10 en el Barbican de Londres, recalando en nuestro país en Pamplona y Madrid, para continuar en Viena, París y en el Carnegie Hall de Nueva York. Desde mi punto de vista el Baluarte de Pamplona se ha apuntado un importante tanto con este concierto, sin duda uno de los más importantes que se han ofrecido en Pamplona, al menos en lo que a ópera se refiere. El resultado ha estado a la altura que cabía esperar y ha culminado con un triunfo importante, al que no le ha faltado sino una mayor afluencia de público. Si en el Barbican londinense las entradas estaban agotadas meses antes de la representación, no ha ocurrido así en Pamplona, donde la entrada rondaría el 70 % del aforo. Mi sorpresa ha sido tanto mayor al comprobar que algo parecido ocurre en el Auditorio Nacional de Madrid, donde mañana se repite el concierto, y las entradas sin vender se parecen muchísimo a lo comentado del Baluarte.
Imagen del concierto
Musicalmente, hemos asistido a una versión bastante completa de la ópera de Haendel, en la que The English Concert nos ha ofrecido una gran actuación. Una orquesta magnífica, en la que brillaron con luz propia su concertino y el primer violonchelo, aparte de de las trompas barrocas acompañando a Ruggero. Su director, Harry Bicket, siempre me ha parecido un músico sensible y destacado, al que no le falta sino algo más de fantasía en sus versiones para ser uno de los grandes en música barroca. Esta impresión se repitió durante el primer acto, pero en la continuación la delicadeza de su dirección y su sensibilidad fueron dignas de ser destacadas, acabando por convencerme plenamente en su lectura de Alcina. No es un director espectacular, menos todavía dirigiendo desde el clave como en esta ocasión, pero fue uno de los artífices del éxito del concierto.
En el reparto vocal destacaba notablemente la presencia de Joyce DiDonato y con motivos más que suficientes para ello. Sin embargo, no fue una Alcina pensada únicamente en ella, ya que los 5 personajes femeninos rayaron a gran altura, sin fisuras ni desequilibrios. El único punto discutible del reparto ofrecido ha consistido en el escaso contraste entre las voces de Alcina, Ruggero y Bradamante. Los timbres de sus intérpretes respondían a mezzo-sopranos y pienso que habría sido más adecuada una auténtica contralto para Bradamante, al no contar con una soprano auténtica para
Joyce DiDonato
Así pues, la maga Alcina fue interpretada por Joyce DiDonato, cuyas incursiones en el repertorio de soprano son cada vez más frecuentes. Hay cantantes que destacan por su calidad vocal, otros lo hacen por su técnica depurada y algunos entran en la categoría de auténticos artistas, cuando son capaces de transmitir emociones al público a través de su canto. El caso de Joyce DiDonato es uno de los pocos que unen todo ello. Una voz atractiva y con amplitud suficiente, una técnica irreprochable, con una impresionante facilidad en el canto de agilidad, y una capacidad de emocionar que solamente está al alcance de las más grandes. Todas sus intervenciones fueron intachables, pero si tuviera que quedarme con una sola, lo haría con su interpretación del aria Si, son quella del primer acto. Simplemente, no tengo dudas de que me llevaría esta grabación a una hipotética isla desierta. Otro momento inolvidable fue el aria Puoi lasciarmi sola in pianto, en la que rayó en la perfección. Una GRAN ARTISTA. Así, en mayúsculas, como diría Don Magnífico.
Aunque Alcina da nombre a la ópera, el personaje de Ruggero tiene una especial relevancia, aparte de contar con dos de los momentos más conocidos y brillantes de la ópera. Me refiero a Verdi prati y a Sta nell’ircana. Dos arias de características muy distintas, que permiten valorar perfectamente la calidad de su intérprete. La mezzo soprano inglesa Alice Coote lo hizo muy bien en los dos casos, muy delicada y emocionante en la primera de ellas, y llena de energía y bravura en la última.
La soprano americana Anna Christy fue una muy adecuada intérprete de Morgana, cantando con desenvoltura y expresividad sus arias, especialmente la que cierra el primer acto, Tornami a Vagheggiar.
Anne Devin y Wojtek Gierlach
Christine Rice no es una contralto, pero lo hizo francamente bien en la parte de Bradamante, cantando siempre con gran musicalidad y con una voz atractiva. Particularmente destacada en el aria Vorrei vendicarmi, así como en su última intervención en la ópera.
La quinta fémina en el reparto era la joven soprano irlandesa Anne Devin en el personaje de Oberto. Su voz tiene calidad y está muy bien manejada, no teniendo dificultades en agilidades ni en agudos. Rayó a gran altura en el aria Barbara, io ben lo so. Le auguro un brillante futuro.
Los hombres quedaron a un nivel más bajo, especialmente el tenor Ben Johnson como Oronte, que fue para mí lo único decepcionante de la versión ofrecida. Mejor, sin ser especialmente brillante, el bajo Wojtek Gierlach como Melisso.
El Baluarte ofrecía una entrada de alrededor del 70 % de su aforo, con los huecos más llamativos en las localidades más altas. El público rompió a aplaudir con entusiasmo en el aria Si son quella y ya no dejó de hacerlo a lo largo del concierto. Los artistas y la orquesta fueron merecidamente braveados, con el público en pie en los saludos
El concierto comenzó con 8 minutos de retraso y tuvo una duración total de 3 horas y 43 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 2 horas y 52 minutos, lo que significa que la versión ofrecida fue bastante completa. Seis minutos de aplausos, que los artistas no quisieron prolongar.
El precio de la localidad más cara era de 44 euros, siendo el precio de la más barata de 30 euros.
José M. Irurzun