Anna Netrebko Real Por María Pardo
Como se preveía, no faltaron personas en la puerta del teatro con pancartas de protesta e increpando al público que acudía a ver en directo a la “que se ha convertido en una prima donna reinante del siglo XXI”, como afirmaba la biografía de Anna Netrebko en el programa de mano del concierto. El Teatro Real, curándose en salud, se había descargado de casi toda la responsabilidad de ser quien propiciara el regreso a Madrid de la diva rusa, que oficialmente venía invitada por el Universal Music Festival. Y digo “casi toda la responsabilidad” porque no hay que olvidar que Gregorio Marañón y Bertrán de Lis preside tanto la Fundación del Teatro Real como el Consejo de administración de la citada casa discográfica. Ahora bien, también hay que recordar que el concierto de Anna Netrebko y su marido, el tenor Yusif Eyvazof, estaba previsto originariamente para el 13 de septiembre de 2021, esto es, meses antes de que comenzara la invasión de Ucrania (fue cancelado por problemas de salud de ella), y teniendo en cuenta la apretada agenda de los cantantes de este nivel, el evento posiblemente se cerrara contractualmente al menos con dos años de antelación. Anna Netrebko Real
Anna Netrebko no se anduvo por las armas y arrancó con la exigente pieza de Gaetano Donizetti – ‘Piangete voi?… Al dolce guidami castel natio…Coppia iniqua’ de Anna Bolena. Con la voz aún algo fría o quizá resecada por el extremo calor de la capital, que la traicionó con algún inapreciable corte de sonido o algún filado quasi calante, demostró ser un animal de escenario con sus fraseos de fiato amplio y generoso, agilidades adecuadas y filados en sus generosos agudos, todo sin empujar, fácil y orgánico.
Otro gran regalo de la noche fue la pieza de Charles Gounod ‘Dieu! Quel frisson court dans mes veines?’, de Roméo et Juliette, exquisito y difícilmente superable. Uno puede ver cómo esta mujer se transforma y se traslada a todas esas producciones en las que ha interpretado estos roles para llevarlos más allá del recital: gracias a su ejecución, que carga su aria del significado de la ópera completa, no nos resulta difícil imaginar el decorado y revivir la situación dramática en la que se encuentra inmerso el personaje.
Pocas veces tendremos la ocasión de presenciar la escena final del primer acto de la ópera La dama de Picas de Pyotr Ilyich Chaikovskyi En ella, Anna Netrebko y Yusif Eyvazov, con la convincente intervención de la mezzosoprano Gemma Coma-Alabert en el papel de la Condesa, nos ofrecieron un jugoso extracto de esta ópera rusa. Y aún más placentero fue escuchar a Netrebko cantar en su idioma nativo. Lo único “molesto” fue la interpretación decimonónica de Eyvazov, que se suma a la ristra de cantantes que para mostrar el dramatismo de una situación andan y se mueven raro con la típica flexión de rodillas. Anna
Mucho más elegante fue el barítono Elchin Azizov en su dúo con la diva rusa ‘Udiste?…Mira, d’acerbe lagrime’. perteneciente a Il trovatore de Giuseppe Verdi, con un sonido redondo y a la altura de su partenaire en color y madurez vocal y musical. Asimismo, interpretó con arrojo y gallardía la ‘Canción del Toreador’ de la Carmen de Georges Bizet. Solo con la energía que puso en su aparición al comienzo del aria, ya daban ganas de aplaudir.
La mezzosoprano catalana Gemma Coma-Alabert no tuvo tanta suerte como su compañero Azizov y no le dieron una aria a ella sola para su lucimiento. De hecho, daba la impresión de que tuviera instrucciones para mantenerse “discreta”, siempre por debajo en volumen de la cantante de Krasnodar, salvo en el papel de la Condesa de la Dama de Picas en el que, para darle réplica a la altura del diálogo que tenía con Netrebko, vistió de carácter y presencia a su personaje. En el conocido dúo ‘Barcarolle’ de Les contes d’Hoffmann de Jacques Offenbach, se mantuvo “prudentemente moderada”.
El tenor Yusif Eyvazov, esposo de la soprano rusa, fue más un cantante con el que debíamos “cargar” que otro compañero a la altura en nivel y fama de su mujer. Agudos apretados, en sus momentos más tensos al borde del gallo, pianos convenientemente aprendidos sin justificación dramática y todo gritado por norma general y convencional en su presentación, cortando de forma discreta algunas de las palabras para poder terminar alguna frase. En sus arias ‘Ah! sì ben moi…Di quella pira’ de Il trovatore de Verdi y ‘Tombe degli avi miei… Fra poco a me ricovero…’, extraída de Lucia de Lammermoor de Gaetano Donizetti, estuvo falto de expresividad interpretativa, concediendo todo el foco de atención a la emisión de un sonido “bruto” y a su propia imagen como cantante.
La Orquesta Titular del Teatro Real realizó un trabajo impecable bajo la batuta del director italiano Michelangelo Mazza, que se mantuvo atento en todo momento a las necesidades musicales de los cantantes. Demostró que conocía bien a fondo las piezas que dirigía, preparando aquellos momentos en los que los artistas necesitaban una respiración, una pequeña pausa o un pequeño acelerón. Anna Netrebko Real
Llegados al final, los cantantes ofrecieron tres bises. De la opereta Die Csárdásfürstin (La princesa gitana), de Emmerich Kálmán, el ‘Heia, heia! In den Bergen ist mein Heimatland’, interpretado con gracia y donaire por Anna Netrebko. De Turandot, de Giacomo Puccini, Yusif Eyvazov escogió el ‘Nessun dorma’, asegurándose el aplauso fácil. Y por último, los cuatro protagonistas de la noche entonaron la canción Non ti scordar di me, con música de Ernesto de Curtis sobre texto de Domenico Furnò, que sonó a despedida con mensaje para llevar: “No me olvides, mi vida está ligada a ti. Cada vez te quiero más, permaneces en mis sueños”.
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Teatro Real, 25 de julio de 2022. Universal Music Festival. Concierto de Anna Netrebko, soprano. Yusif Eyvazov, tenor. Elchin Azizov, barítono. Gemma Coma-Alabert, mezzosoprano. Orquesta Titulares del Teatro Real. Dirección musical: Michelangelo Mazza.
