Crítica: «Jephte» «Dido Teatro Real Por María Pardo
El Teatro Real nos ofreció, la tarde del domingo 4 de febrero, un festín de música del siglo XVII. La primera parte, que sirvió para amansar el alma y predisponerlo a las pasiones de la reina de Cartago, se presentó Jephte, un oratorio de mediados del siglo XVII compuesta por Giacomo Carissimi. Está basado en la historia de Jephte, que aparece en el Libro de los Jueces del Antiguo Testamento. La obra sigue la forma clásica de oratorio del Barroco temprano con un texto bíblico relatado por solistas y un coro a 6 voces.
Un juez de Israel llamado Jephte libra una batalla contra los amonitas y tiene que sacrificar a su propia hija como resultado de una promesa imprudente: «Si pones a los hijos de Ammón en mis manos, aquel que primero salga de mi casa para saludarme a mi regreso, será sacrificado». El narrador y el coro se suceden explicando la batalla contra los amonitas y su derrota. Le sigue el canto de victoria de la hija de Jephte, acompañada por el coro, cuando sale a recibir a su padre tras la batalla, convirtiéndose así en víctima del sacrificio prometido. Hay un diálogo entre padre e hija en el que el juez israelí le explica que hizo una promesa de forma irreflexiva y ella acepta su destino, pidiendo que le concedan dos meses para ir a las montañas a lamentar que deja el mundo siendo virgen y sin descendencia. Tras un hermoso lamento que tiene una forma cercana a una aria operística, la obra termina con el coro invitando al llanto por la marcha de la muchacha de este mundo. Crítica: «Jephte» «Dido Teatro Real
Jephte fue interpretado por el tenor británico Andrew Staples, correcto aunque a veces con algo de falta de foco y carácter de personaje en su voz. Su hija, en la voz de la soprano italiana Carlotta Colombo, en estilo y de proyección clara. Destacó en el lamento en las montañas. Para figurar el eco de las montañas, las sopranos Alena Dantcheva y Francesca Cassinari salieron de escena contestando en “interno”, un acertado efecto que más tarde se repitió junto a algunos miembros de la orquesta para Dido, “In our Deep volted cell”.
Hay un narrador (Historicus) que es quien lleva el hilo conductor de la historia y va repartido entre los distintos miembros del Il Pomo d’Oro Choir que hacen tal labor. Estos son los tenores Massimo Altieri y Gianluca Ferrarini, las sopranos Alena Dantcheva, Francesca Cassinari, Giulia Beatini y Elena Carzaniga y los bajos Gabriele Lombardi y Matteo Bellotto. Il Pomo d’Oro Choir destacó por sus bellos fraseos y empaste vocal, teniendo su parte álgida en el número final: sobrecogedores y expresivos.
En cuanto a Dido and Aeneas, siguieron la misma línea expresiva y fresca. El momento de los marineros fue simpático porque rompieron su formación y sacaron unos botellines brindando y celebrando la situación. En cuanto a la orquesta Il Pomo d’Oro, en Jephte, ha complementado una partitura que está escrita solo para órgano continuo con tres violines, dos violas da gamba, un violonchelo, un violone y dos tiorbas, basándose en el estilo de otras obras del compositor. Para Dido and Aeneas aumentaron en número la orquestación añadiendo violines, violas, y otro violonchelo y percusión. Esta fue interpretada por Koen Plaetinck, que destacó incorporando en sus intervenciones efectos típicos de la época de modo muy participativo y comprometido con las actitudes del resto de intérpretes y situaciones. Su director, el ruso Maxim Emelyanychev, mantuvo todo el conjunto en unidad con una escucha activa de los cantantes, sensible a las dinámicas y los diferentes caracteres en ambas obras. Manejó los tempos con la organicidad del propio cuerpo y una mímica que dotaba de vida los distintos fraseos musicales.
En cuanto al reparto de solistas en Dido and Aeneas, el foco estuvo sobre la mezzosoprano Joyce DiDonato, que se esforzó por mantenerse en estilo, aunque por momentos se le desbocaba el temperamento vocal, como un bólido que le cuesta circular por poblado y someterse a los límites. Aún con ello, fue expresiva y siempre es un gozo verla y escucharla. La soprano egipcia Fatma Said, de voz limpia y bien proyectada, dio vida a una Belinda elegante e impecable. El Aeneas de Andrew Staples quedó más flojo en temperamento que su Jephte, pero siempre correcto. Hugh Cutting, (el espíritu), Carlotta Colombo (la segunda mujer) y Hugh Cutting (el marinero) estuvieron vitales y en personaje. Destacable el trabajo de la mezzosoprano Beth Taylor, que con un color propio de contralto, nos deleitó con una Bruja magnífica y divertida en su maldad. Las hechiceras de Alena Dantcheva y Anna Piroli estuvieron a la altura de su compañera.
En resumidas cuentas, tuvimos una tarde en la que el público iba a disfrutar de la primera ópera inglesa de Purcell y en la que nos llevamos, además, esa pequeña joya de oratorio de Carissimi, no muy conocida, llamada Jephte. Crítica: «Jephte» «Dido Teatro Real
Madrid (Teatro Real), 4 de febrero de 2024.
Dirección musical y clave Maxim Emelyanychev. Orquesta y coro IL POMO D’ORO
JEPHTE Oratorio en versión de concierto. Música de Giacomo Carissimi (1605-1674)
REPARTO:
Jephte: Andrew Staples Hija: Carlotta Colombo Solistas: Massimo Altieri, Gabriele Lombardi, Francesca Cassinari, Giulia Beatini, Elena Carzaniga, Gianluca Ferrarini, Matteo Bellotto, Alena Dantcheva
DIDO AND AENEAS Ópera trágica en tres actos y un prólogo en versión de concierto
Música de Henry Purcell (1659-1695). Libreto de Nahum Tate, basado en su obra Brutus of Alba or the Enchanted Lovers. (1678) y en el libro IV de La Eneida (siglo 1 a.C.) de Virgilio
Estrenada en el internado femenino Mr. Josias Priest de Chelsea. Estrenada en versión concierto en el Teatro Real al 18 de noviembre de 2013
REPARTO: Dido Joyce DiDonato Belinda Fatma Said Aeneas Andrew Staples Espíritu Hugh Cutting Segunda Mujer Carlotta Colombo Bruja Beth Taylor Marinero Massimo Altieri. Primera Hechicera Alena Dantcheva Segunda Hechicera Anna Piroli