Crítica: «La verbena de la Paloma» en Salamanca

Crítica: «La verbena Paloma» Salamanca Por Kevin Adeva

No cabe duda de que el salmantino Tomás Bretón (1850-1923) fue uno de los compositores, músicos y directores de orquesta más importantes de nuestro país. Aunque no es demasiado conocido actualmente, en su tiempo fue un célebre maestro, fundador y profesor de la escuela de grandes directores que siguieron su estela. Este año, con motivo del centenario de su fallecimiento, el Ayuntamiento de Salamanca y la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes están realizando una serie de actos para rendirle homenaje. Como no podía ser de otro modo, no ha faltado la participación de la Orquesta Sinfónica y el Coro de RTVE, que han representado La verbena de la Paloma (1894) en el CAEM. Este sainete lírico en un único acto que compuso en cinco semanas y que más famoso le ha hecho, pese a que él realmente quiso ser conocido por sus óperas españolas como Los amantes de Teruel (1889) o La Dolores (1895). Crítica: «La verbena Paloma» Salamanca

Una escena de "La verbena de la Paloma" en Salamanca / Foto: CAEM
Una escena de «La verbena de la Paloma» en Salamanca / Foto: CAEM

La trama de esta obra transcurre en el barrio de la Latina de Madrid durante la noche del 14 de agosto, festividad de la Virgen de la Paloma. Susana y Casta son dos jóvenes que aceptan la proposición del boticario Don Hilarión para ir juntos a la celebración con sus mantones de manila y sus vestidos de seda chiné. Sin embargo, Julián está consumido por los celos porque su enamorada Susana va a salir con el viejo, el cual no tiene buenas intenciones. Acompañado de Señá Rita, que intenta continuamente calmar su cólera, se presenta a armar un buen jaleo en la verbena pero, finalmente, se reconcilian los dos enamorados.

La interpretación del excéntrico Don Hilarión, rol claramente protagonista de la obra, estuvo a cargo del tenor Manuel Vicente Fernández con una dicción del texto y una intención de fraseo magníficas. Sobre las tablas, se encontraba como “pez en el agua”, con un preciso movimiento coreográfico y un notable trabajo previo de expresión corporal como dejó presente en las coplas “Tiene razón don Sebastián”. El joven Julián sería interpretado por el barítono Damián del Castillo con una construcción del personaje excelente. Desde la impostación de la voz hablada, transmitiendo su sentimiento de celos y energía jovial, hasta la solvencia de la complejidad en la tesitura del papel con la claridad textual, el legato y la carnosidad envidiables de una voz tan lírica como la suya. Cabe destacar su momento clave de la habanera concertante “¿Dónde vas con mantón de manila?”. Laura Vila en un rol que se puede ser provechoso como Señá Rita estuvo correcta en lo vocal, cálida y con carácter, aunque mostraba exceso de vibrato y pesadez por momentos y, en lo actoral, se echaba en falta la cantidad de matices e intenciones que podría haberle dado a los reiterantes “Que tiés madre, Julián” en que regaña al joven. Carmen Ávila con una voz fina y ligera, demostró una Susana agradable y picarona. Brillantes en sus intervenciones los comprimarios Carmelo Cordón como Don Sebastián y Raquel Albarrán como Casta. Carolina Martínez, gran actriz, estuvo graciosa pero construyó una Tía Antonia quizá demasiado forzada y ruda. Esmeralda Espinosa estuvo extraordinaria como Cantaora, incluso con movimiento coreográfico. Lástima que lo que le acompañaba era un piano electrónico y no uno acústico, el cual tenía un sonido indeseado para esa escena. El resto de elenco, formado por los pequeños pero esenciales papeles como el Tabernero, el Sereno, Teresa, Doña Severiana o el Inspector, estuvieron sobresalientes. Crítica: «La verbena Paloma» Salamanca

Una escena de "La verbena de la Paloma" en Salamanca / Foto: CAEM
Una escena de «La verbena de la Paloma» en Salamanca / Foto: CAEM

En el podio, la sabia batuta de Cristóbal Soler, todo un referente en el género español, sobre todo, por sus seis temporadas como Director Titular en el Teatro de la Zarzuela. Es un maestro con una técnica claramente concisa y exquisita, en la cual se percibe el trabajo previo en ensayos y la complicidad con los intérpretes. Cabe mencionar cómo transmitía su pasión y destreza con el recurso del dibujo motívico, aunque hubo ciertas imprecisiones en algunas entradas o cambios de tempi, como en el quinteto “Linda Susana, Casta hechicera”, seguramente por la falta de visibilidad y la colocación al fondo del escenario dando la espalda a los cantantes. La Orquesta Sinfónica de RTVE estuvo afinadamente maravillosa y haciendo equipo para trabajar la música de Bretón con un resultado magnífico. Cabe destacar la intervención de su concertino Miguel Borrego, en la escena de la propia verbena donde interpretó una mazurca junto a la pianista y la orquesta. El Coro de RTVE por su parte, con partitura en mano y de pie en gradas, estuvieron excelentes en lo interpretativo y sonaron empastados incluso en la intención del texto.

El encargado de la puesta en escena, Diego Carvajal, profesor de escena lírica en la Escuela Superior de Canto de Madrid, realizó una producción semi-escenificada clásica situada en los tiempos finiseculares en que se estrena la obra. En el escenario, frente a la Orquesta Sinfónica y el Coro RTVE, utilizó elementos de escenografía y atrezzo escasos pero prácticos, incluso aprovechó toda la sala. Por ejemplo, los pasillos entre el público para que los guardias pasearan durante el preludio mientras los intérpretes iban saliendo creando, así, escenas pequeñas entre dos o tres personajes. Más tarde, se asomarían los mozos por las diferentes puertas de acceso cuando llaman al sereno al grito de “¡Francisco!”. En cuanto a la iluminación era simple y nos centraba la mirada en un punto u otro del escenario.

"La verbena de la Paloma" en Salamanca, con la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE / Foto: CAEM
CAEM La verbena de la paloma Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE

Una vez finalizada la función, tras los aplausos de la media capacidad de la sala ocupada y unas breves palabras del maestro musical, dejaron al público salmantino con buen sabor de boca deleitándoles con dos bises: el momento más hermoso según Soler, la escena de la Soleá, y el momento más conocido, las seguidillas de la Virgen de la Paloma, donde dirigió al patio de butacas marcando las palmadas como si se tratara de la célebre Marcha Radetzky del Concierto de Año Nuevo vienés. Sin duda, un acontecimiento para realzar aún más la ciudad de Salamanca y la figura del músico Tomás Bretón. Crítica: «La verbena Paloma» Salamanca

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Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM) de Salamanca. 30 de septiembre de 2023. 21 horas. Versión semi-escenificada del sainete lírico “La verbena de la Paloma” (1894), música de Tomás Bretón (1850-1923) y libreto de Ricardo de la Vega (1839-1910).

Manuel Vicente Fernández (Don Hilarión), Damián del Castillo (Julián), Laura Vila (Señá Rita), Carmen Ávila (Susana), Carmelo Cordón (Don Sebastián), Raquel Albarrán (Casta), Carolina Martínez (Tía Antonia), Esmeralda Espinosa (cantaora), Miguel Ángel Viñe (Tabernero), Matías Álvarez (Mozo y Hortera 1º, voz interna e Inspector), Vicente Bujalance (Mozo y Hortera 2º y Dependiente), Óscar Fernández (Guardia 1º), Eric Torres (Guardia 2º), José Ángel Silva (Sereno), Julio Pérez (Portero, Vecino y Viejo), Amparo Zafra (Vecina, Portera y Doña Severiana), Ángela Cano (Doña Severiana), Tania Menéndez (Candelaria), Lore Agustí (Teresa) y Esther González (Chula). Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española. Cristóbal Soler, dirección musical. Diego Carvajal, dirección de escena.

Duración: 71 minutos

*Esta función homenaje a Tomás Bretón en el centenario de su fallecimiento será emitida en el programa de TVE Los conciertos de La 2 el próximo 21 de octubre de 2023. OW