Crítica: «Veneno es de amor la envidia» en el Auditorio Nacional de Madrid

Por Mercedes Rodríguez Arrieta Crítica Veneno envidia Auditorio Nacional

La zarzuela barroca, que es el inicio de la larga historia del teatro musical hispano, poco a poco va siendo valorada en nuestros días aunque pocas veces sea programada en los teatros de España. De Sebastián Durón, el insigne compositor español nacido en Brihuega en 1660, ha tenido el acierto el Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música (CSIPM) de la Universidad Autónoma de Madrid, de llevar a escena la zarzuela Veneno es de amor la envidia en el Auditorio Nacional de Música y el tino de hacerlo con un estupendo equipo de artistas. Según el musicólogo Raúl Angulo, esta obra debió ser  estrenada en 1705, y la última representación de la que se tiene noticia tuvo lugar en 1711. Crítica Veneno envidia Auditorio Nacional

Una escena de «Veneno es de amor la envidia» en el Auditorio Nacional de Música de Madrid / Foto: Luis Camacho – UAM

Un tercio del escenario de la sala de cámara estaba ocuapado por la agrupación Exordium Musicae, siete músicos contando al director (al clave) David Santacecilia, que sostuvieron con frescura, bello sonido y precisión una partitura llena de sorpresas, como el contrapuntístico coro de zagales, la tonada «Llorad, infaustos zagales» interpretada por Circe, o la patética aria «Ondas, riscos, peces, mares» cantada por la infeliz Escila convertida en monstruo marino por la envidia de la maga Circe. La lectura de Santacecilia mostró la nobleza e importancia del legado de Durón con aplomo.

El elenco estuvo comandado por la veterana mezzosoprano Lola Casariego, que mostró su experiencia en las tablas con una interpretación redonda de escena y música como la problemática Circe; y por la también mezzosoprano Ingartze Astuy que compuso una Escila elegante, mostrando un fino canto legato y en general un buen estilo. Menos fino anduvo el Apolo del tenor Francisco Pardo, magníficamente caracterizado con una teatral  presentación al público desde la parte superior del escenario. Toda esa divinidad visual no correspondió en lo vocal aunque en las partes habladas, como Foreo, fue mucho más convincente. El personaje del galán Glauco estuvo muy bien presentado por el actor Pablo James, con dicción clara de los versos dentro del estilo de la propuesta escénica. El resto del elenco lo formaba un cuarteto de voces, ya como coro o interpretando personajes secundarios, se mostraron homogéneos y brillaron en sus intervenciones en solitario, por pequeñas que fuesen. La pareja de graciosos la formaron, con solvencia, la soprano Natalia López (Florilla) y el tenor Juan Blázquez (Tritón). La mezzosoprano Ana Molina (Anteo, ninfa y zagala) interpretó la exigente «Flecha inconstante» con cierta dureza y la soprano Pilar Tejero (zagala y ninfa), destacó entre ellos por sus movimientos, gestualidad y recitado, así como el buen empaste con sus compañeros en los coros. Crítica Veneno envidia Auditorio Nacional

Lola Casariego, Pablo James  y Ana Molina en una escena de «Veneno es de amor la envidia» / Foto: Luis Camacho – UAM

La puesta en escena, tomando en cuenta el espacio que carece de tramoya y demás equipo técnico-teatral, fue un acierto total. El hispano-mexicano Federico Figueroa propuso una experiencia de teatro barroco, en el que los códigos de aquella época fueran los ejes conductores. Y así lo vivimos, en la exagerada gestualidad de los cantantes, en los claros y pausados recitados, en el maquillaje y caracterización. Y por supuesto, en un espacio escénico y vestuario extraordinario creado por Antonio Bartolo y puesto al servicio de, como ya dije, una experiencia de barroco total. La iluminación también tuvo un tratamiento, disminuyendo la luminosidad general y concentrándola, pero disminuida, en el escenario. El colorido, las texturas de las telas y los accesorios, las formas y tamaños del vestuario, todo, conjugado con ideas y conceptos para un resultado fantástico.


Madrid (Auditorio Nacional de Música), 2 de marzo de 2024

Veneno es de amor la envidia.  Zarzuela en dos jornadas (c. 1705).   Música: Sebastián Durón   Libreto: Antonio de Zamora      Versión y dramaturgia: Federico Figueroa.  Edición musical: Raúl Angulo (Ars Hispana)

Dirección musical: David Santacecilia                      Dirección de escena: Federico Figueroa

Elenco: Lola Casariego, Ingartze Astuy, Francisco Pardo, Natalia Pérez, Pilar Tejero, Ana Molina, Juan Blázquez, Pablo James.  OW