Antes de iniciar la función, es anunciada como una especie de padrino público y honorifico, uno de los músicos vivos más grandes del folklore, la música popular y erudita del Paraguay, el Mtro. Florentín Giménez, cuya última opera prima de este estilo “Poha Vendeha”, ha nacido es nuestro mayor coliseo.
Esta obra escrita por un compositor muy joven atrae mi atención y una especie de curiosidad por develar que aspecto nuevo y enriquecedor puede aportar a este alicaído género musical nacionalista que en tiempos pasados era todo una novedad y atracción de la sociedad asuncena de la década de los 50.
Ante los primeros acordes de la obertura, me di cuenta que musicalmente iba a ser una grata sorpresa y bien que lo fue. El compositor incluye formas folclóricas destacadas del acervo musical paraguayo como en la introducción con un razguido doble, una guarania, una polca canción y al final una polka tipo bandita.
La escena inicial del primer acto, instante sobrecogedor que relata aspecto muy triste de la guerra grande, la aparición de recitadores jóvenes, y niños simplemente genial. El coro de fondo con acordes monótonos y repetitivas vocalizaciones le da un aire más escalofriante aun, mojo mis ojos con algunas lágrimas mezcla de emoción y alegría, hasta el momento prometía un desarrollo in crecendo, pero los cuestionamiento irán apareciendo mezclando con momentos muy inspirados dentro de la trama. Lamento que el libreto no esté a la altura de la partitura. La hizo muy histórica y simbolista olvidando la idiosincrasia graciosa y jocosa del paraguayo. Cometió errores estructurales y dramáticos clásicos de una zarzuela, de la cual olvidó que es un género nacionalista. Otro pecado que encontré en el parlamento, son los modismos modernos, para un hecho histórico.
Por más histórica que sea el relato se faltó agregar momentos triviales, ya que es una comedia musical y otra de las funciones es entretener al público con creatividad. Escuche mucha orquesta y pocas arias y romanzas. Los solos que oí dramáticamente no dijo nada y musicalmente no era orechiavile.
El joven maestro utilizo muchas veces el razguido doble, la galopa y la avanzada, generoso y abundantes melodías con leitmotiv desordenado. Los acordes cadenciosos y fáciles de oír y discernir para el público, respeto la esencia popular en su partitura.
Refiriéndome a las voces, solo la de Ytororo Coronel, en el papel de Ña Cande, se destacó dentro de la única romanza escrita para ella, “heroínas”. Esta vez canto en la tesitura de mezzo, destacándose su voz pastosa, melodiosa, profunda, pero con pequeñas imperfecciones en su dicción y articulación. Su voz portentosa corría por la sala con una generosa fluidez digna de una cantante lírica con técnica.
El papel principal de LOPI, a cargo del joven cantante Francisco José Fleitas Torres, la música no le favoreció tanto, ya que la tonalidad era baja y en el municipal, con problemas de acústica no fue efectivo su interpretación. Su romanza “orfandad” fue acompañada por un terceto instrumental magistralmente armonizada para dar el dramatismo correcto, compuesta por una guitarra, oboe, y contrabajo a ritmo de avanzada, forma musical que no podía faltar ya que el compositor es profesor del conservatorio Oscar Nelson Safuan, creador de este estilo, resistido por los puristas del folklore en su época y ahora goza de una popularidad elocuente.
Los papeles de Antoñito y Antoñita no tenían la comicidad que generalmente esperamos en una zarzuela, y el duetto ente ellos no lució.
La escenografía de Tessy estuvo funcional y minimalista, las luces contribuyo a un correcto dramatismo.
La regia escénica, correcta coordinación y distribución dentro del espacio escénico. En cuanto a la marcación a los solistas raramente equilibrados y sin demasiado artilugio, lucio muy natural y no distrajo para nada. Vaya mis felicitaciones a los tres responsables; MIRTA FLEITAS, NORMA AGUILERA MARIA EUGENIA DE REJALA.
El coro, ordenado en sus movimientos, pero floja en la interpretación, aunque se rescata una correcta articulación
El maestro Víctor, al frente de la orquesta, impecable, articulación funcional y eficaz para los cantantes, entradas precisas y sonido equilibrado cuidando los matices. Otro apartado interesante fue el vestuario, muy pocas veces vi una colorimetría y diseño adecuado al estilo de la trama, vaya otra felicitación.
El Make Up natural y sin exageración de Arami Paredes otro hecho resaltante
El ballet folklórico de la academia cascanueces se adaptó correctamente a la partitura y las coreografías simétricas resto un poco de carácter tradicional y popular. Una acotación puntal, los bailes de puntas una estilización innecesaria.
Resalto que esta puesta contribuyó a la preservación, estudio, valoración y difusión de un patrimonio intangible, herencia cultural que nos dejó el gran músico Juan Carlos Moreno González.
A través de mi comentario felicito al novel maestro Edgar Víctor Torres Fleitas por creer, revitalizarla e innovar respetuosamente este género musical.
Miguel Coronel