Como memorable y muy grato se puede calificar el concierto ofrecido por la agrupación francesa Les Nouveaux Caractères en el Teatro del Bicentenario de León como parte de su programación de eventos internacionales y con coproducción del Festival Internacional Cervantino. El concierto dedicado en su totalidad a obras de Johann Sebastian Bach se tituló “Conciertos de Brandeburgo” porque incluyó dos de los más conocidos como son: el Concierto número 3 en sol mayor, BWM 1048, así como el Concierto número 5 en re mayor, BWM 1050. La música de Bach tiene el efecto de tocar las fibras más sensibles y profundas del espectador, y más cuando se tiene un grupo especializado en la interpretación de estilo antiguo. Dichas ejecuciones fueron alegres, dinámicas, lucidas y conmovedoras. Les Nouveaux Caractères que proviene de la ciudad de Lyon Francia, llegó hasta su homónima mexicana León, ofreciendo un sonido barroco muy bien trabajado y de colorida textura a su ejecución con la que llenó el recinto.
Claridad en el sonido, homogeneidad, un sonido compacto y e inquietante emergió de la sección de cuerdas de la orquesta. Al frente de la misma su director y afamado clavecinista Sébastien d’Hérin mostró virtuosismo en sus partes solistas de su instrumento y su dirección fue segura. Se escuchó también el concierto para dos violines en re mayor, BWV1050 en el que afloró el virtuosismo de Florian Deuter, primer violín, y de Monica Waismann en un dialogo intenso y sentimental entre ambos interpretes. Complementó el programa una pieza poco conocida y rara vez interpretada como lo es la Cantata Ich habe genug,BWV 82a, para soprano y flauta, en su carácter de estreno en México, donde participó la sopranoCaroline Mutel, quién impregnó cada aria de sentimentalismo y un canto cristalino, reluciente y transparente. Para esta cantata, así como para el concierto 5 de Brandeburgo, se tuvo como invitada a la flautista mexicana María Díaz Canedo, experta en la ejecución de la flauta barroca, quien aportó su valía a este concierto. A mi entender este es quizás uno de los eventos más emotivos que se hayan presentado en este escenario que a sus escasos seis años de existencia tendría ya mucho que contar.
Alberto Rosas