Norma en El Baluarte: lo mejor estuvo en el foso

Norma en El Baluarte. Foto: I. Zaldúa
Norma en El Baluarte. Foto: I. Zaldúa

En la programación de El Baluarte siempre se ofrece una ópera en representación escénica, aparte de algunas otras que se ofrecen en forma de concierto. En esta temporada la elegida ha sido Norma, que volvía a Pamplona tras una ausencia de 8 años, cuando se dio en versión de concierto y bajo la dirección de Fabio Biondi.

En esta ocasión la programación tenía interés por tratarse del debut de la soprano armenia Lianna Haroutounian en el personaje de la sacerdotisa druida. Lamentablemente, canceló hace unas fechas, lo que ha influido notablemente en el resultado de la representación, que no pasado de la modestia en el aspecto vocal, con una producción escénica adecuada y una destacable versión musical.

La producción ofrecida lleva la firma del argentino Mario Pontiggia y procede de Las Palmas de Gran Canaria, donde se estrenó en Marzo de 2011, siendo entonces Pontiggia director artístico del festival canario. Se trata de un trabajo simple y adecuado, que ofrece una escenografía fija única (Antonella Conte), que deja un espacio abierto por delante con una plataforma que incluye algunos escalones, consiguiendo los cambios de ambientación con algunos elementos de atrezzo y cambiando el fondo del escenario, donde se ofrecen algunos paisajes. El vestuario es de época y adecuado (Mario Pontiggia), contando con una correcta iluminación (Txema Fernández).

La producción narra correctamente la trama sin mayores originalidades y con una dirección de escena bastante ramplona, especialmente teniendo en cuenta que los protagonistas no eran un dechado de habilidades escénicas.

Para mi gusto lo mejor de la representación estuvo en el foso, corriendo la dirección musical a cargo de José Miguel Pérez Sierra, que ha ofrecido una notable lectura de la partitura. En el arranque de la sinfonía me llamó la atención que los tiempos eran un tanto lentos, pero pronto cogió su ritmo adecuado y lo cierto es que hemos asistido a una notable versión musical de esta obra maestra de Vincenzo Bellini. A sus órdenes tuvo una buena actuación la Orquesta Sinfónica de Navarra, mientras que el Coro de la AGAO me resultó poco convincente.

Como digo más arriba, estuvo anunciada siempre como Norma la soprano armenia Lianna Haroutounian, que debutaba en el personaje. Su cancelación ha sido un golpe duro, ya que las posibles Normas son siempre escasas y más en estas circunstancias. Finalmente, su sustituta ha sido la soprano italiana Francesca Sassu, cuya actuación me ha resultado insuficiente. Había tenido ocasión de verla en un par de ocasiones anteriormente y me llamaba la atención que pudiera hacer frente a la parte de Norma. Se trata de una soprano lírico-ligera o incluso lírica, si prefieren, lo que no es suficiente para enfrentarse a la intensidad que requiere el personaje de Norma. Por otro lado, su volumen vocal tampoco es excesivo, como no lo es la calidad de su timbre ni su adecuación al belcanto. En resumen, una Norma insuficiente.

Norma en El Baluarte. Foto: I. Zaldúa

El procónsul Pollione fue interpretado por el tenor toledano Sergio Escobar, que tiene una voz amplia, atractiva y bien timbrada, ofreciendo el instrumento de mayor calidad de todo el reparto. Le he encontrado mejorado en el aspecto interpretativo, aunque la elegancia no está entre sus activos. Siempre me ha parecido un tenor más adecuado para el verismo que para el belcanto y así me lo sigue pareciendo ahora. No está muy sobrado en las notas altas, ya que se escapó en el primer acto de las escritas o de tradición, entre las que se incluye el famoso RE sobreagudo. Me gustó que hiciera algunas variaciones en los segundos versos de su aria y cabaletta del primer acto.

Adalgisa fue interpretada por Susana Cordón, a quien he tenido ocasión de ver en muchas ocasiones en el pasado, pero siempre en personajes secundarios. En esta ocasión tenía que hacer frente a uno casi protagonista y lo hizo bien, con una voz de cierto atractivo y no excesiva en cuanto a volumen y un tanto apretada en las notas más altas.

Simón Orfila fue el buen profesional de siempre, en un correcto Oroveso tanto vocal como escénicamente.

En los personajes secundarios Julio Morales me produjo una impresión positiva en la parte de Flavio. No así Itsaso Loinaz como Clotilde.

El Baluarte ofrecía una entrada próxima al 90 % de su aforo. El público se mostró cálido y no entusiasmado con el resultado de la representación, siendo los mayores aplausos para Susana Cordón.

La representación comenzó con 4 minutos de retraso y tuvo una duración de 2 horas y 54 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 23 minutos. Seis minutos de aplausos.

El precio de la localidad más cara era de 74 euros, costando la más barata 36 euros.

José M. Irurzun