‘Cavalleria Rusticana’ en Granada, cuando menos es más

 El Coro de Ópera de Granada produce una magnífica puesta en escena Cavalleria Rusticana en Granada

Cavalleria Rusticana en Granada Por Gonzalo Roldán Herencia

El Teatro Isabel la Católica de Granada acogió la producción de Cavalleria Rusticana, la ópera más conocida de Pietro Mascagni, gracias a una iniciativa del Coro de Ópera de Granada en colaboración con Juventudes Musicales. Esta modesta coproducción estuvo a la altura en lo musical y en lo escénico de algunas de las grandes producciones de los templos operísticos del país, pese a su economía de medios y las limitaciones escénicas del espacio. El éxito rotundo de taquilla y público, y la buena acogida de la crítica, hacen evidentes la importante afición a la ópera que existe en Granada y el rico sustrato musical que posee esta ciudad, poniendo de manifiesto el fatídico error que se cometió en el pasado al no dotar a esta capital cultural andaluza de un teatro de ópera.

Procesión y Regina Coeli (c) José J. Checa

Cavalleria Rusticana, una ópera temprana en la no muy extensa producción de Mascagni y la única que obtuvo verdadera fama internacional, se ha convertido en una de esas obras con las que resulta fácil obtener el beneplácito del público. Sus melodías amables, que contienen arias y coros bien conocidos, su argumento breve y sencillo y la relativa poca exigencia escénica quizás estén detrás de ello; pero no nos dejemos engañar por los sentidos, pues tras el disfrute sensorial se encuentra un sesudo trabajo compositivo de enorme modernidad para el momento en que se compuso, algo que sin duda el jurado que la elevó a los altares al ganar en 1890 el concurso convocado por Edoardo Sonzogno, con el consiguiente estreno en el Teatro Costanzi de Roma en la primavera de ese año.

En este sentido, la puesta en escena del Coro de Ópera de Granada fue doblemente meritoria tanto por la elegante parquedad de medios escénicos como por haber superado con solvencia las limitaciones del Teatro Isabel la Católica, inhábil para albergar una temporada de ópera por muchos motivos. A ello se unió una buena calidad en lo musical, a cargo de Andrés Juncos al frente de las voces y de la Orquesta Filarmonía Granada en el foso; el director articuló una versión dinámica y muy a propósito para el ritmo narrativo de la obra, extrayendo de la formación orquestal su mejor sonido.

Triángulo amoroso formado por Enrique Ferrer, Virginia Tola y Rocío Faus (c) José J. Checa

Quizás uno de los elementos más destacables de esta Cavalleria Rusticana fue el concepto escenográfico de Tete Cobo, casi minimalista, con uso de proyecciones digitales y escasos elementos físicos. El director de escena concibió una escenografía coral, basada en la presencia humana más que en los entornos arquitectónicos. De este modo, consiguió dinamizar la acción de la obra y evocar el pueblo siciliano donde se localiza. Unas veladuras colgantes se usaron en varias escenas para sugerir espacios y situaciones temporales alternativas gracias al juego de sombras generado por el hábil uso de la luz. Por otra parte, unas cajas de madera para transportar vino, atrezo derivado de la taberna de Mamma Lucia, articulaban el espacio. Es digna de mención la elegante y bien seleccionada utilería de los personajes, escogida por Ana Gallegos, con la que se contribuyó a definir y dinamizar muy bien la acción: sillas plegables, maletas, botellas de vino y otros enseres menores iban entrando y saliendo a escena en manos de los cantantes y creaban el necesario espacio psicológico en cada escena. También la caracterización de Javier Dereux y el diseño de vestuario de José A. Riazzo fueron importantes en la puesta en escena, situando la acción en la Italia de posguerra con gran efectismo. Cavalleria Rusticana en Granada

Por otro lado, la buena elección de las voces solistas fue otro valor añadido a esta producción, encarnando las complejas relaciones de amor, pasión y odio de este quinteto protagonista. Las tres voces femeninas estuvieron muy equilibradas tanto en su capacidad interpretativa como en lo que a la calidad vocal se refiere. Destacó por la importancia argumental la soprano argentina Virginia Tola en el rol de Santuzza; de voz potente y muchas tablas, estuvo presente durante toda la acción dando la réplica a los distintos personajes con bellos toques de lirismo y un timbre muy cuidado. Igualmente oportuna estuvo Mar Campo como Mamma Lucia, que con su voz profunda y rica en armónicos en el registro medio representó la expresión misma de la resignación y el dolor. Por último, la soprano granadina Rocío Faus brilló en escena pese a la mayor brevedad de su papel, no solo por la lozanía y desparpajo con que interpretó a Lola, sino porque su voz se ha convertido en un potente instrumento lleno de riqueza y belleza.

Mar Campo como Mamma Lucia llora la muerte de su hijo (c) José J. Checa

Los personajes masculinos no desmerecieron tampoco en escena. Turiddu es a la vez hombre deseado, amante entregado, amado hijo y rival para cada uno de los otros cuatro personajes, y fue interpretado hábilmente por Enrique Ferrer, con intervenciones brillantes y expresivas, si bien se le vio más suelto en la segunda representación. Por su parte, el barítono Damián del Castillo, con una voz poderosa y llena de matices, desplegó como Alfio un torrente vocal bien timbrado y su enorme capacidad expresiva que llenaron la escena en cada intervención, desde su aria “Il cavallo scalpita” hasta la escena final del enfrentamiento en la taberna. Cavalleria Rusticana en Granada

El sexto personaje, el de la ciudadanía que es testigo de este drama de amor y celos, lo desempeñó magistralmente el Coro de Ópera de Granada, una formación lírica nacida huérfana al haberse truncado el tan deseado proyecto de construir un teatro de ópera en nuestra ciudad. Sus voces demuestran haber tenido muy buena escuela, pues tras su preparación técnica y asesoramiento estilístico se encuentran profesionales de la talla de Mª del Coral Morales, Francisco Crespo o Pablo Gálvez. Pietro Mascagni dio en su drama lírico una gran importancia al coro, presentes desde el inicio de la obra, en el momento de la procesión y misa de Pascua cantando el famoso “Regina Coeli”, o en la escena post-interludio del brindis y ulterior desenlace fatal. La formación, dúctil y de muy alta calidad vocal, desarrolló además una imprescindible labor escénica al crear con su hábil coreografía los espacios y ambientes de cada escena. Cavalleria Rusticana en Granada

Damián del Castillo como Alfio y sus espaldas el Coro de Ópera de Granada (c) José J. Checa

En definitiva, Granada vivió por medio de esta Cavalleria Rusticana de Mascagni una noche de ópera con altas cotas de calidad. Esta inusual circunstancia, que se hizo posible gracias a una iniciativa local, demuestra la necesidad de ampliar los espacios de la lírica en España. Queda con ello probado que la afición con criterio, el sustrato social y la presencia de artistas formados y capaces de defender nuevas ofertas culturales existen en la ciudad y se muestran proclives a desarrollar proyectos como éste, digno de tener no solo la merecida difusión sino una deseable proyección institucional en el futuro.

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Teatro Isabel la Católica de Granada, 20 y 22 de enero de 2023: Cavalleria Rusticana, drama lírico en un acto de Pietro Mascagni (1890) con libreto de Giovanni Targioni-Tozzetti y Guido Menasci. Orquesta Filarmonía Granada.

Dirección Musical: Andrés Junco. Coro de Ópera de Granada (Pablo Guerrero, dirección). Dirección Escénica: Tete Cobo. Asistente de dirección de escena: Sary Astigarraga. Iluminación y visuales: Tomatierra (Joaquín Peña-Toro, imagen escena introducción). Vestuario: José A. Riazzo. Caracterización: Javier Dereux. Utilería: Ana Gallegos. Coreografía: Nuria Castejón.

Reparto: Virginia Tola (Santuzza), Rocío Faus (Lola), Enrique Ferrer (Turiddu), Damián del Castillo (Alfio), Mar Campo (Lucía). Opera World