Juan Diego Flórez volvió al Opera Metropolitan de Nueva York

Opera, famosos,

Textos:EFE web@epensa.com.pe |Fotos:Referencial

17 ENERO 2013 | NUEVA YORK –

El tenor peruano Juan Diego Flórez reanudó hoy la «relación especial» que mantiene con el público neoyorquino con el estreno de «Le Comte Ory», en el que volvió a interpretar a uno de sus personajes favoritos que da nombre a esta ópera de Rossini.

 

«Muy feliz, muy contento», se mostró Flórez a Efe tras su actuación, que ya es la número 91 en la Opera Metropolitan de Nueva York (Met), tras la cual el público le ovacionó puesto en pie después de estar «muy metido» en esta comedia.

 

El artista peruano, en una entrevista antes de su presentación, resaltó que el Met es un teatro donde se siente «muy a gusto» y en el que tiene «una especial relación con el público».

 

Este teatro «me ha dado muchas satisfacciones», ya que «aquí siempre me he sentido muy bien, como en casa», subrayó Flórez, uno de los tenores más famosos en todo el mundo y que terminará las representaciones de esta ópera con casi cien actuaciones en Nueva York.

 

No en vano, ha sido sobre este escenario donde realizó dos bises en los últimos años con sendas obras de Donizetti, el primero en 2008 con el aria «Ah, mes amis», de «La fille du regiment» (el Met no veía uno desde el que hizo Luciano Pavarotti en 1994), y el segundo en 2011 (con el aria «Una furtiva lágrima» de «L’Elisir d’Amore»).

 

Ya en 2007 había logrado lo mismo en La Scala de Milán, también con «Ah, mes amis», rompiendo una tradición de 74 años impuesta por el director Arturo Toscanini.

 

El tenor peruano, que cumplió 40 años el pasado domingo, se propone a más largo plazo continuar con su carrera tal como se está desarrollando, pero también seguir con su fundación, «Sinfonía por el Perú», de orquestas infantiles y juveniles, «que está creciendo y que va a requerir» más de él.

 

Flórez se siente orgulloso de la tarea de la fundación, que más que formar músicos tiene «un programa social» en barrios desfavorecidos con la transformación de la niñez y la juventud «a través de la música».

 

Explica, por ejemplo, que los pequeños integrantes de la orquesta del Núcleo de La Victoria, «son las estrellas, son el orgullo» de la comunidad, y añade que eso es lo que se busca, que los niños sean «un ejemplo» que contagie al conjunto de sus barriadas.