«Scandale» de Sara Ott y Francesco Tristano: Fuerza rítmica

"Scandale" de Sara Ott y Tristano: Fuerza rítmica

La fuerza rítmica es, sin duda, uno de los grandes atractivos del disco Scandale, de apenas una hora y dos minutos, grabado por Alice Sara Ott y Francesco Tristano para Deutsche Grammophon en el que, junto a una pieza contemporánea, tenemos obras de algunos de los grandes compositores de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX.

La pieza que abre esta grabación del dúo de pianistas es una composición de uno de ellos, Francesco Tristano, llamada A soft Shell Groove en la cual el dinamismo, el ritmo lleno de vitalidad es el elemento preponderante. La obra, de hecho, a pesar de las diferencias, ha recordado algo al firmante a algún tema del mítico pianista de jazz Chick Corea, por ejemplo la célebre Spain, debido a la riqueza rítmica, llena de fuerza, con melodías cortadas al servicio de la energía que el ritmo propone. Música que activa al oyente y que da paso a una de las obras maestras de la música del siglo XX, La Consagración de la Primavera del compositor ruso Igor Stravinsky, en la que la fuerza rítmica es de nuevo el factor preponderante. Es de sobra conocida la salvaje energía de esta obra maestra, los grandes contrastes dinámicos que le dan una agresividad que Ott y Tristano logran transmitir con las teclas. Muy interesante este arreglo que, si bien no puede lucir la gran riqueza tímbrica presente en la original para orquesta, si capta perfectamente el espíritu salvaje de la misma.

De uno de los grandes compositores rusos pasamos a otro como fue Nikolai Rimnsky-Korsakov, concretamente a uno de los fragmentos más populares de su suite Scheherezade, La historia del príncipe Kalendar. La fantasía y el exotismo que evoca Rimsky son transmitidos por Ott y Tristano con acierto en una versión muy atractiva de la obra, muy bien ejecutada por los intérpretes.   Resulta curioso escuchar obras tan conocidas interpretadas con pianos, adquiriendo así una sonoridad muy distinta pese a conservar el mismo carácter de la original.

El disco concluye con otro de los grandes compositores del siglo XX, el francés Maurice Ravel y su pieza La Valse. El ritmo marcado, propio de los valses, es, de nuevo, el elemento destacado de esta obra en la que Ott y Tristano vuelven a captar la esencia de esta brillante música bailable pero tan avanzada en su momento.

Resulta llamativo que, al margen de la obra de Tristano, el disco se base en obras de tres extraordinarios orquestadores arregladas, muy acertadamente, para dos pianistas, lo que me recuerda la práctica habitual del siglo XIX, en la que el repertorio de orquesta fue adaptado de forma parecida por Liszt. Esto me produce una mezcla de sensaciones, ese hecho habitual en el Romanticismo del arreglo para dos pianistas junto a piezas de finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX desde una perspectiva original y moderna. Considero este disco editado por Deutsche Grammophon muy interesante, no solo para pianistas sino para cualquier aficionado ya que se trata de arreglos muy bien realizados e interpretados que, junto con la obra de Tristano, permiten disfrutar de obras muy destacadas desde una perspectiva distinta.

Emilio Lacárcel Vílchez