Crítica de Cavalleria rusticana de Mascagni,Sevilla

Teatro Maestranza de Sevilla. 5 Febrero 2013.

La segunda parte de este programa doble sevillano estaba dedicada a esta obra maestra de Pietro Mascagni, que ha contado también con la producción Ermanno Olmi. Si en Sarka nos ofrece una producción de corte más o menos realista, aquí deriva a una composición más bien minimalista. La escenografía de Arnaldo Pomodoro ofrece un escenario casi desnudo, con dos montoncitos de algo parecido a mármol blanco a cada lado del escenario. Ni Iglesia ni Taberna, únicamente una gran Cruz – sin crucificado – que se eleva en el centro del escenario en el Regina Coeli. El vestuario de Maurizio Millenotti ofrece el atuendo siciliano de rigor, tantas veces visto en esta ópera. Sin  interés la iluminación de Juan Manuel Guerra. La dirección escénica la ha llevado adelante en Sevilla Barbara Pessina y tiene muy poco que comentar. El coro está siempre estático en escena y la dirección de actores resulta bastante primaria. En resumen, una producción de muy poco interés.

 

Nuevamente, tuvimos a Santiago Serrate al frente de la dirección musical y su actuación fue buena, corta de inspiración y con tiempos algo lentos, sacando un resultado mediocre del Coro de la A.A. del Teatro de la Maestranza. Buena la prestación de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. En general, se puede considerar como positivo el paso de Santiago Serrate por el Maestranza.

 

La mezzo soprano americana Dolora Zajick fue la gran protagonista de esta ópera en la parte de Santuzza. Esta artista nunca ha destacado por su figura ni por sus especiales dotes escénicas, pero no cabe duda de que ha sido una de las voces más importantes de los últimos 30 años y una estupenda cantante. A sus casi 61 años – los cumplirá el mes próximo – Dolora Zajick es un auténtico milagro vocal. Su voz tiene una frescura impropia de una persona de su edad y sigue siendo una gran cantante. Pocas pegas se le pueden poner a su prestación vocal, que fue de largo lo mejor de la noche. El único aspecto en el que Dolora Zajick no resulta convincente es en el escénico, ya que resulta poco creíble como una joven enamorada – y, posiblemente, embarazada – a sus años.

 

El tenor albaceteño José Ferrero fue Turiddu, personaje que ya había cantado con cierto éxito en el Liceu hace casi dos años. Hubo aviso de indisposición al inicio de la ópera. Ferrero tiene una voz adecuada al personaje, pero los problemas vocales comenzaron a aparecer  en el Brindis y nos hicieron pasar un mal rato. Siegue siendo un interprete escénico un tanto envarado.

 

Mark S. Doss fue un Alfio sin mayor interés vocal. Cumplió Alexandra Rivas, que hizo una Lola creíble, con voz agradable en el centro y cortita por abajo. La veterana Viorica Cortez (77) fue Mamma Lucia y  no está para grandes demostraciones vocales, pero puede dar lecciones escénicas y de dicción a muchos cantantes.

 

El Teatro de la Maestranza ofrecía una entrada inferior a lo habitual, seguramente entre el 80 y el 85 % de su aforo. El público ofreció una cálida acogida a los artistas, dedicando un merecido triunfo a Dolora Zajick.

 

La representación tuvo una duración total de 1 hora y 11 minutos. Los aplausos finales se prolongaron durante algo más de 5 minutos.

El precio de la localidad más cara era de 105 euros. En los pisos intermedios los precios oscilaban entre 90 y 65 euros. La entrada más barata costaba 43 euros.

 

Fotografías: Cortesía del Teatro de la Maestranza

 

 

 

José M. Irurzun