Crítica: Diego Matheuz dirige a Margaine, Fabiano, Pérez y Speedo Green en la «Carmen» del Met

 Por Carlos J. López Rayward

La nueva producción escénica de Carrie Cracknell de «Carmen», la ópera de Georges Bizet, vuelve al Met con Clémentine Margaine, Michael Fabiano, Aylin Pérez y Ryan Speedo Green en los roles principales, todos ellos a la batuta del director venezolano Diego Matheuz, en su debut con la compañía.

Clémentine Margaine y Michael Fabiano en "Carmen." Foto: Nina Wurtzel / Met Opera
Clémentine Margaine y Michael Fabiano en «Carmen.» Foto: Nina Wurtzel / Met Opera

La joven directora de escena británica Carrie Cracknell debuta también en el Met con esta «Carmen». En su intento de conectar la obra maestra de Bizet con la audiencia contemporánea e iluminar el clásico con una luz de actualidad, traslada la acción a un pueblo industrial del interior de los Estados Unidos. Ya sólo el planteamiento, por absurdo y opuesto a la música y el libreto, sería suficiente para apostar por un fracaso absoluto del espectáculo. No obstante, los clásicos lo aguantan todo; y Cracknell tira de sagacidad en sus equilibrismos para hacer creíble, o al menos comprensible, tan audaz transmutación.

La Metropolitan Opera apuesta de nuevo por la adaptación que Ernest Guiraud hizo de la opéra-comique de Bizet, que se presenta así sin diálogos hablados, facilitando el camino esta nueva producción y sus múltiples licencias escénicas.

En Nueva York, las nuevas producciones de ópera son escasas. Por eso, los aficionados tienden a acoger con interés todo lo que se aleje del sempiterno cartón-piedra de la Metropolitan Opera. El sentimiento de la afición sigue siendo favorable ante esta nueva propuesta, pese a sus evidentes problemas.

Lo mejor de la producción es el Acto II, donde la taberna de Lilas Pastia es el trailer del camión que los contrabandistas usan para sus intercambios. Carrie Cracknell y el escenógrafo Michael Levine consiguen extraer de este ambiente carretero un inusitado jugo dramático.

Clémentine Margaine en "Carmen." Foto: Nina Wurtzel / Met Opera
Clémentine Margaine en «Carmen.» Foto: Nina Wurtzel / Met Opera

La «Carmen» de Carrie Cracknell sólo conecta con la de Bizet en el tratamiento de las pasiones internas de los personajes protagonistas, Carmen y Don José, mientras que naufraga convirtiendo el cuarto acto en un rodeo americano en el que Escamillo pierde toda la mística del toreo para convertirse en una suerte de deportista e influencer. Por otro lado, las proyecciones de Roland Horvath no aportaron gran cosa al espectáculo.

Siguiendo la estela de los directores de orquesta que triunfan en Europa y entran en el radar del Met, encontramos al debutante Diego Matheuz. El venezolano ya no es una promesa, sino un batuta contrastado, por lo que no dejó entrever ninguna duda y se mostró muy cómodo en el foso. La «Carmen» de Matheuz nos pareció vitalista y profunda, en estilo, con el picante justo y siempre en estilo. El director manejó a la orquesta con gesto claro y el resultado fue muy aplaudido por el amable público metropolitano.

Interpretando a la malograda cigarrera encontramos a la mezzo francesa Clémentine Margaine, que toma el testigo de la exitosa Aigul Akhmetshina. Margaine ya había cantado en Met en este mismo papel en la producción de Richard Eyre. Sin embargo, a tenor de su sorpresa el público parecía haber olvidado su bello timbre, su canto perfumado y rico en armónicos, y su cantar tranquilo y sosegado, como quien tiene todo el tiempo del mundo para convencer, o como quien torea en el Puerto de Santa María. Margaine convence con su francés siempre al filo de los dientes, y un canto muy ligado que inspiró a la propia orquesta. La producción de Cracknell no le hizo justicia, pero su triunfo en Nueva York fue incontestable.

Ailyn Pérez en "Carmen." Foto: Nina Wurtzel / Met Opera
Ailyn Pérez en «Carmen.» Foto: Nina Wurtzel / Met Opera

A su lado encontramos a un Michael Fabiano muy varonil, energético y con apariencia entre moderna y fascistoide con ese bigotito antediluviano que tanto se lleva ahora. Su Don José fue arrebatador, muy bravo, por momentos hiperrealista. Al canto le faltó poesía, pero la amplia emisión y la claridad de la línea le valieron el favor del público, una vez más.

Nos gustó mucho la Micaëla de Aylin Pérez, cantada con mimo y enorme sensibilidad. Después de su gran éxito en «Florencia en el Amazonas», la Pérez supo tirar de humildad escénica y sacó petróleo de cada una de sus intervenciones. La voz parece haber pausado su expansión, pero el arte de la soprano sigue en flor, con intervenciones poéticas y memorables.

El omnipresente barítono Ryan Speedo Green apareció en esta «Carmen» en el papel de Escamillo, que en este montaje lugar de toreo es un campeón de rodeo. Lo vimos tituvear en su aria de entrada, flaqueando pese a las ayudas múltiples de Matheuz y muy incómodo. Por descontado, el cantante supo recuperar el tono en el último acto, cuajando escenas de gran factura, como es su costumbre. Speedo Green tiene un instrumento privilegiado, que el artista está sondeando para encontrar sus límites, aprovechando los beneficios que para su carrera tiene ser uno de los artistas preferidos de Peter Gelb.

Clémentine Margaine y Ryan Speedo Green en "Carmen." Foto: Nina Wurtzel / Met Opera
Clémentine Margaine y Ryan Speedo Green en «Carmen.» Foto: Nina Wurtzel / Met Opera

Junto a todos ellos, los comprimarios Sydney Mancasola (Frasquita), Briana Hunter (Mercédès), Ben Taylor (Morales) aprovecharon cada ocasión para cantar y actuar a un gran nivel. El barítono Wei Wu (Zúñiga) cumplió sin grandes lujos, muy atento a las indicaciones de Matheuz.

La temporada de ópera en el Met se asoma a sus últimas semanas, pero el público no desfallece sigue acudiendo hasta entre semana, no importa el título. La máquina de hacer ópera del Lincoln Center no deja de alumbrar con destellos intermitentes, como de otro tiempo.


Metropolitan Opera de Nueva York, a 29 de abril de 2024. Carmen, ópera en cuatro actos con música de Georges Bizet y libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy a partir de la novela de Prosper Mérimée.

Dirección Musical: Diego Matheuz, Producción: Carrie Cracknell, Escenografía: Michael Levine, Vestuario: Tom Scutt, Iluminación: Guy Hoare, Projecciones: Rocafilm/Roland Horvath, Coreografía: Ann Yee. Orquesta y coro de la Metropolitan Opera. Dirección del Coro: Donald Palumbo.

Reparto: Benjamin Taylor, Aylin Pérez, Michael Fabiano, Wei Wu, Clémentine Margaine, Sydney Mancasola, Briana Hunter, Ryan Speedo Green, Michael Adam, Frederick Ballentine.