Lo que está ocurriendo con la Temporada de Ópera en La Coruña es un auténtico escándalo, más aún teniendo en cuenta que todo está manejado por alguien en la sombra.
Desaparecido el Festival Mozart, creado por Antonio Moral, que tantos éxitos tuvo y repercusión internacional. Dos años después Los Amigos de la Ópera y el Consorcio de la ciudad fusionan el Festival Mozart y el Festival de Ópera, sumando así presupuestos y gestión y crear una Temporada de ópera. Consigue el ayuntamiento un presupuesto al que se suma la aportación de la Asociación y comienza dicha temporada.
En pocos años, casi tres, Coruña se coloca en el circuito internacional de ópera trayendo a grandes cantantes, directores de orquesta y de escena y presentando títulos de repertorio y otros inéditos en tierras gallegas. Así se presentó un Ermione de Rossini dirigido musicalmente por Alberto Zedda, con un éxito de tal calibre que el mismo director lo va a presentar próximamente en tres teatro de Europa con muchos de los cantantes que estuvieron en Coruña. El Trovador que se presentó la pasada temporada tuvo una repercusión mundial asombrosa. Nunca se había escucha esta ópera con una calidad tan extraordinaria. Actualmente el el MET de Nueva York se presenta un Trovador con dos de los cantantes que lo hicieron en Coruña y el resto de calidad muy inferior. Y así suma y sigue.
Sin previo aviso y cuando ya está anunciada la parte de la temporada del invierno de este año, a mediados de diciembre, se avisa que se suspende la venta de abonos. Los Amigos de la Ópera escriben un mail pidiendo confirmación para dar la noticia en prensa y evitar molestias a los aficionados. La callada por respuesta. Finalmente se da a la prensa la noticia y salta el escándalo.
Se suceden reuniones con la Administración, el gerente, y los Amigos de la Ópera sin resultado alguno. Al final queda definitivamente cancela la temporada prevista.
En sustitución de Salomé de R. Strauss se organiza un concierto “popular”, mejor populista; se sustituye la opera de R. Wagner por dos conciertos fuera de A Coruña, dándoselos al previsto para la ópera wagneriana.
La Orquesta Sinfónica de Galicia tiene un presupuesto total cercano a los 11 millones de euros. En este momento la ópera tiene una dotación de unos 400.000 €. Absolutamente desproporcionado. Con solo restar medio millón a la orquesta y pasarlos a la ópera, la situación podría volver a sus cauces. Veremos si no tardando mucho comienzan los recortes en la Orquesta gallega.
Andrés Lacasa, pidió la desaparición de la temporada lirica, una actitud que luego mantuvo con vehemencia en las reuniones celebradas supuestamente para salvarla con las instituciones. Una actitud incomprensible e insólita, la de un gerente cultural alineado con los políticos ignorantes en la defensa de recortes para un proyecto artístico que debería defender con uñas y dientes. Una actitud así nunca se había visto antes en España.
Convendría que los miembros del consorcio no contaminados y con datos objetivos, reflexionaran sobre la repercusión que estos hechos está teniendo. Los apoyos de grandes figuras de la ópera como Elina Garança, Alberto Zedda, Leo Nucci, Ainhoa Arteta y otros muchos les debe llevar a esta reflexión y reconducir el asunto prescindiendo de posturas personalista y más propias de capillismo y rivalidades personales.
Francisco García-Rosado
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