Quién teme a Richard Wagner?

Wagner

Richard Wagner nace en Leipzig el 22 de Mayo de 1813 y es  a través de su padrastro (según él mismo, su padre verdadero) que era actor, entra en contacto con el mundo teatral y con la producción artística. Estudia música a la par que comienza a escribir poesía y hasta bien entrada su juventud no tiene en claro a cuál de las dos actividades dedicará su vida.
Entre sus músicos más admirados se encuentran Mozart y, sobre todo, Beethoven, de quien estudia con devoción las sonatas para piano y los cuartetos y cuya 9° Sinfonía actúa como una “revelación” decidiéndolo por la música y la composición.
En su juventud, casado con la actriz Minna Planer, se destacará como director de orquesta llegando a ocupar el cargo de Director en la ópera de Riga, de donde deberá huir acosado por los competidores para el cargo y perseguido por las deudas contraídas. Para entonces se contaban en su haber tres óperas: Las Bodas (destruida posteriormente por el autor), Las Hadas y La prohibición de Amar (ambas sin estrenar) y muy avanzada la composición de Rienzi, que será luego su primer gran éxito.
Su huida por mar desde Riga rumbo a Londres lo enfrenta a una tempestad en la que está a punto de naufragar el barco en el que viaja. En su memoria se graban los sonidos de los vientos enfurecidos, del mar embravecido y los gritos de los marineros en sus maniobras; los que sumados a su lectra de Henrich Heine van dando forma a El Holandés Errante.
Llegado a París desde Londres, no logra despertar el interés por Rienzi y debe dedicarse a tareas menores para sobrevivir, como hacer transcripciones para piano de óperas italianas o redactar oscuros métodos para cornetín, por ejemplo. Sin embargo aprovecha el tiempo para redactar el libreto de El Holandés Errante que termina vendiendo a la Ópera. Cuando la miseria se volvía insostenible, llega la posibilidad de estrenar Rienzi en Dresde y hacia allí se dirige obteniendo un éxito tal que consigue el cargo de Director de Su Majestad el Rey de Sajonia.
Rienzi es aún una obra muy influida por los compositores de moda de la época, particularmente Meyerbeer, y en ella casi no pueden descubrirse, más allá de su grandiosidad, rastros de las características que distinguirán su estilo, recién en la composición de El Holandés Errante, su siguiente ópera también estrenada en Dresde, Wagner comenzará a aplicar algunas de sus ideas sobre la ópera. Las resumiremos en dos planteos fundamentales:
1-      Melodía continua
2-      Uso del Leiv-motiv

1-      Según Wagner la ópera debía dejar de ser el superficial espectáculo en el que el público aprovecha para hacer sociales y divertirse y recuperar el espíritu pedagógico y purificador del teatro griego clásico.
Para él debía aspirarse a alcanzar una Obra de Arte Total donde todas las artes en igualdad coadyuven a transmitir un mensaje formador y espiritualmente purificador. En este sentido, la ópera con su tradicional formato de números cerrados (recitativo/aria/recitativo/dúo, etc.) era un obstáculo a superar. El número cerrado (un aria con su introducción orquestal, el canto y su gran final) interrumpía la acción y se volvía sólo un vehículo del vanidoso lucimiento del cantante; y lo mismo podría decirse de los recitativos donde, acompañado por el piano o un bajo continuo, el intérprete entona a su gusto el texto, y por ello se propone alcanzar undiscurso melódico continuo sin cortes y donde el intérprete tenga que declamar cantando todo el texto según las precisas notaciones del compositor con un acompañamiento orquestal. Este declamado reemplazará al canto del aria y al entonado del recitativo por un fluir uniforme y constante. (Para ver un ejemplo de número cerrado con recitativo y aria buscar: http://www.youtube.com/watch?v=wEYb6EU_Jjo )

Por otra parte Wagner consideraba que el texto era eficiente para expresar ideas pero no sensaciones o sentimientos y que para ello nada había mejor que la música, de donde se desprende que ni texto ni música deben tener la primacía, sino complementarse plenamente.

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2-      Cuando Wagner componía partía siempre del libreto, que a partir de El Holandés Errante sería siempre de su autoría también, y paralelamente a las ideas que se expresaban iba identificando las sensaciones o sentimientos que despertaban en los protagonistas y por cada una de estas sensaciones o sentimientos creaba una frase musical que la identificara, a la que llamaremos Leiv-motiv, y que reaparecería cada vez que se sintiera el mismo sentimiento o la misma sensación más allá de lo que las palabras expresen. El leiv-motiv actuará como una especie de comentario de la orquesta sobre el texto declamado/cantado dándole su significado verdadero y trascendente, reafirmando las ideas o poniéndolas en duda.  Por ejemplo, en Lohengrin,  el Caballero acepta casarse con Elsa pero le advierte que nunca deberá preguntarle ni su nombre ni su origen, es decir que su fidelidad y su confianza deben ser absolutas. Esa advertencia presupone que Lohengrin cree que Elsa puede llegar a dudar y por ello la frase musical con la que canta la advertencia la conocemos como “motivo de la duda” . Elsa jura que nunca va dudar ni a preguntar. El 2° acto, en el que se celebra la boda, se cierra festivamente en medio de las aclamaciones del pueblo pero apenas unos compases antes de concluir y en medio de los festejos, al aparecer Ortrud, enemiga insidiosa de los novios, la orquesta vuelve a repetir el “motivo de la duda” relativizando los juramentos. (ver desde el min. 5.00 http://www.youtube.com/watch?v=BhwHY_JIhPM )

Nos detendremos un momento en El Holandés Errante.

La obra comienza con una estupenda obertura en la que se distinguen dos motivos fundamentales y con los que juegan otros secundarios, actuando como un resumen musical del argumento de la ópera: Un Holandés conjura al demonio para salvarse de naufragar en una tormenta. Se salva pero es condenado a vivir navegando eternamente si no encuentra una mujer capaz de amarlo con tal fidelidad que entregue su vida por él. El“motivo del Holandés” como una fanfarria heroica que surge a los pocos compases del inicio y que se fundirá luego con los motivos secundarios que representan el viaje incesante y la tempestad que serán interrumpidos por la aparición del segundo tema el “motivo de la redención” con la delicada forma de un coral protestante, que terminará dominado por la tempestad nuevamente, hasta que la redención se imponga heroicamente y se cierre la pieza con el motivo del Holandés.  (ver: http://www.youtube.com/watch?v=uI6j2xBFQNI )

Más adelante nos encontramos con el dúo entre el Holandés y Senta en el momento en que ambos se ven primera vez. La pieza comienza con el Holandés declamando una melodía en la que expresa su ilusión porque esta mujer sea  la que soñó que lo redimiría. Lo sigue Senta que dice, con la misma melodía, que desearía ser la redentora. Estos textos, se supone,  ambos personajes los están pensando y no diciendo y al ser expresados con la misma melodía Wagner ya nos indica que ambos sienten lo mismo. De allí en más el Holandés y Senta se alternarán en frases superpuestas hasta que al final de esta sección del dúo terminen cantando al unísono con lo que se nos muestra la unidad alcanzada a través del amor al reaparecer el “motivo de la redención”. (Ver:http://www.youtube.com/watch?v=1mcXNc54fV4) )

En el final hallamos el aria de Erik, el antiguo novio de Senta a la que le reprocha su abandono, y esta es una concesión del compositor a la estructura de números cerrados que aún no abandonó totalmente ya que recién está experimentando con sus nuevas ideas. Terminada el aria pasamos nuevamente al declamado cantado que se desarrollará sin cortes hasta el final, acompañado por leiv-motivs aclaratorios o referenciales y tras el sacrificio de Senta vemos como reaparece el motivo de la redención, pero ahora heroicamente en los bronces, como se funde con el del viaje incesante y culmina con el motivo del Holandés cerrando orquestalmente la obra con este comentario musical y presentando con ello otra novedad propia de su estilo. (ver:http://www.youtube.com/watch?v=rCZyhWrX9uU  )

Chriistian-Lauria

Dentro del Ciclo «Jornadas de Ópera» que vengo desarrollando en Buenos Aires,  como una manera de ampliar nuestra capacidad de apreciación de un género a la par complejo y apasionante, en la que dedicamos a Wagner hablamos también de:

-La vida de Richard Wagner después de El Holandés Errante
-Los ideales románticos y filosóficos de Wagner
-Las novedades técnicas que presenta Wagner en su teatro de Bayreuth
y desarrollaremos estos temas en próximas entregas.
El 20 y 21 de Julio la Jornada estará dedicada a la Ópera Argentina. Para más información pueden visitar nuestra página: https://www.facebook.com/JornadasDeOpera

Prof. Christian Lauria