Como bien dice el responsable de la edición de Vida y obra de J.S. Bach a estas alturas de la película, se ha escrito muchísimo sobre el genio alemán; es casi imposible aportar algo interesante sin que el lector habitual de música exclame “¡Bach, de nuevo!” al encontrarse este libro en su librería habitual. Butt se explaya, por lo tanto, en lo que quiere aportar con respecto al resto, empezando por la estructura utilizada.
El libro se divide en tres partes diferenciadas que, a priori, tienen bastante sentido:
En primer lugar, un bloque de cinco capítulos en el que se trata sobre el contexto histórico y social desde la influencia que tuvo la misma familia de Bach en la creación del compositor, centrándose después en la situación política y religiosa para acabar con intento de explicar la motivación que le movió a la hora de componer.
En la segunda parte, se entra en faena en cuanto a la inmensa obra de Bach, de una manera bastante resumida ya que se opta por definir perfiles musicales y de ahí profundizar en las características que lo definen.
Por último, esto es bastante interesante, se estudia la influencia y recepción de la música de Bach desde diferentes puntos de vista empezando por su faceta como profesor y modelo y llegando a las diferentes interpretaciones que se han hecho de su música a lo largo de la historia según la corriente vigente.
Para ello Butt toma la decisión de distribuir el trabajo, escoger a los mejores para cada epígrafe. Esto es bueno y malo al mismo tiempo: es bueno porque escoge a las personas que más se supone que saben sobre un tema en particular; es malo porque, indudablemente, hay una cierta irregularidad en la forma de escribir de cada uno de ellos que deviene en una cierta inconsistencia narrativa del texto al completo, nada menos que once autores distintos es demasiado lastre en este aspecto.
Es evidente que el responsable buscó la concreción antes que nada y eso se logra con creces ya que el libro no es excesivamente largo; sin embargo está concreción es también un problema cuando hablamos de su obra, se vuelve insuficiente.
Tanto las partes primera como la tercera funcionan bastante bien. Especialmente la primera, ya que consigue reflejar a la perfección el contexto en el que puede ubicar al autor alemán y, de esta manera, entender cómo ese contexto influyó a la hora de sus composiciones, como el uso de la liturgia luterana. Hay un intento de explicación de las motivaciones a la hora de componer con un fallido enfoque racionalista que, a lo mejor, no necesitaba un capítulo completo.
De la tercera parte es reseñable el intento de medida de la influencia e interpretación histórica del compositor, aunque todo se hace desde un entorno muy académico, podría haber sido una buena oportunidad para aplicar la teoría de la recepción a aquellos que la escuchan, los oyentes a lo largo del tiempo. Es una parte muy técnica que adolece de un enfoque menos férreo en estos aspectos.
La parte central, desgraciadamente, se queda muy corta, es lógico pensar que no tenían mucho más espacio para explayarse, de ahí el indicativo nombre de “Perfiles de la música”; además de tener poco espacio dedican un capítulo entero a las obras tempranas para llegar a la conclusión de que no está claro cuáles son todavía, un capítulo entero igual para toda su música instrumental o las obras vocales maduras no parece una proporción demasiado adecuada. Echo de menos un análisis más detallado de su ingente obra. Es inevitable.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriormente mencionadas, el libro se lee bien (aunque nuevamente la edición no me apasione por lo abigarrado de las letras buscando aprovechar bien el espacio) y funciona mejor como libro complementario para ofrecer información alternativa sobre Bach que como obra de referencia del autor. Seguramente un iniciado se sentirá cómodo con esta recopilación de textos y un lector avezado se sienta como acabo de describir.
Mariano Hortal