Carmen deconstruida. Crítica de DVD. Kaufmann y Kasarova

Germán García Tomás @GermanGTomas

En la actualidad, cada vez estamos más acostumbrados a presenciar producciones operísticas minimalistas que tienden a la simplificación así como a distribuir unos escasos elementos escénicos que, cual estereotipos, se relacionan con la ópera representada.

Es en cierta medida el caso de la presente producción de la Carmen bizetiana, una de cuyas funciones representadas en 2009 en el Opernhaus Zurich lanza ahora al mercado el sello Decca en sintonía con la propia Ópera de Zurich. En este montaje, el director del Schauspielhaus de Zurich hasta ese mismo año, el regista germano Matthias Hartmann, plantea una reducción al mínimo del universo de la gitana universal. Su propuesta escénica, austera pero ciertamente imaginativa y realista, parte de una plataforma circular en donde, cual simbólico coso taurino, se desarrolla esta historia de pasión y celos concebida por Merimée. La particularidad del diseño escenográfico, firmado por Volker Hintermeier, estriba en colocar al comienzo de cada acto, en el centro del primer término de la plataforma, un elemento que el director asocia con el ambiente de cada uno de los cuatro actos de la ópera: en el primero un inmóvil perro (artificial) que mueve automáticamente la cola cuando es acariciado, en el segundo unas cajas que contienen botellas de vino, en el tercero una piedra rocosa y en el cuarto un cráneo en apariencia de un miura. Otro ejemplo de esta deconstrucción escénica de Carmen, es señalar la fábrica de tabacos en medio de la nada del escenario, mediante un recurso que podría estar tomado de un espectáculo de varietés: un cigarro suspendido del techo se posa encima de una puerta que abrirá paso a las cigarreras, Carmen incluida.

Esta visión conceptual ha contado con un trasvase de la acción original, en lo que sugiere una aparente deslocalización (una sombrilla de playa es uno de los pocos elementos que ofrecen pistas para ubicar la trama en un lugar costero) y en la que se distinguen varios periodos, desde 1950 a nuestros días, con presencia de policías ataviados con gorras y uniformes negros al uso americano. Por otro lado, la pareja formada por Dancairo y Remendado posee aquí una estética más camorrista que contrabandista (en el estraperlo se incluyen televisiones Philips, entre otros artilugios electrónicos), los cuales, en su intimidación al teniente Zúñiga, llegan a herirle mortalmente al final del acto segundo, en lo que es una muy extrema solución escénica. Otro detalle más a reseñar es que esta versión de Giraud prescinde completamente de la figura del tabernero Lilas Pastia mencionado en las famosas Seguidillas.

Hay que señalar otro aspecto fundamental de esta producción de Carmen desde el punto de vista musical, ya que en oposición a la tradicional puesta en escena como opéra-comique (con diálogos entre música), el director Welser-Möst prefiere la versión que el compositor Ernest Guiraud arregló para el estreno vienés de la ópera en donde transcribió en música las partes habladas de la partitura original. De esta forma, aquí escuchamos mayor cantidad de discurso musical, ya que entre cada número convencional de la obra se intercalan los recitativos cantados que a modo de argamasa hilvanó el colega de Bizet y que en realidad no aportan gran cosa al desarrollo de la trama, ya que la mayoría de las veces usan material temático del número musical precedente.

En el elenco con el que se ha contado en esta producción se erigen dos de los cantantes a día de hoy más reconocidos a nivel internacional que ya han dado vida en varias ocasiones a los dos papeles principales de esta ópera: la mezzosoprano Vesselina Kasarova y el tenor Jonas Kaufmann. Más que seductora, la Carmen de la mezzo búlgara contiene altanería y muchísima provocación. Tampoco está exenta de fatalismo en la escena de las cartas. La impresión causada es que se ha pretendido no dejar rastro de la filiación gitana del personaje y que lo que más resalte sea su condición de mujer madura, libre y decidida. A nivel vocal, Kassarova hace gala de un material mórbido y con mucho poso, algo tosco en ocasiones por sus férreos y rotundos graves casi de contralto; no obstante, a su recreación une ciertas sutilidades que ayudan a complementar magníficamente la definición de su temperamental personaje.

Portada-DVD-Carmen

Al Don José de Kaufmann, por exigencias del guión, nos le encontramos en el primer acto con más miedo que vergüenza, apocado ante la actitud feroz y provocativa de Kassarova, hasta el punto de que, cual adolescente, transmite auténtico pánico frente a los ardides de Carmen. A medida que progresa la acción, el nivel de seguridad del tenor alemán se acrecienta, llegando a abandonar sus anteriores comportamientos pueriles y demostrando una actitud amenazadora en el trágico dúo final de la ópera. El tenor alemán diseña un Don José lleno de matices, mayormente inclinado al canto delicado y sensible que al más puro apasionamiento, exhibiendo una precisa dicción, variados registros y esas medias voces y ligeros falsetes tan propios de su línea vocal.

Es un gran acierto que este montaje contara con la aportación de Michele Pertusi como un intachable Escamillo (un matador sin traje de luces), ya que su voz a medio camino entre las tesituras de bajo y barítono resulta idónea para este personaje, al que aporta rigor vocal, porte y mucha galantería. Nuestra soprano Isabel Rey como Micaela, ataviada de una forma sumamente colegial, dota de nobleza a su encantador papel, casi hecho a su medida, y al que otorga el toque preciso de inocencia y emotividad, ayudada por sus dotes como actriz y su fresquísimo material vocal que ha adquirido ya una consolidada madurez. Bastante equilibradas las dos parejas asociadas al universo social de Carmen: las Frasquita y Mercedes de Sen Guo y Judith Schmidt y los contrabandistas de Gabriel Bermúdez y Javier Camarena (un papel básicamente de conjunto éste último que no le sirve en absoluto al tenor mexicano para desplegar su inmenso potencial de tenor lírico-ligero con el que nos ha deleitado últimamente). El resto del reparto de esta producción cuenta con un mesurado Kresimir Strazanac como Morales y el Zúñiga un tanto opaco vocalmente de Morgan Moody.

Entre tanta amalgama de coros destacamos, por su frescura y espontaneidad, el de niños, conducidos con movimientos plásticos y creativos por la coreógrafa Teresa Rotemberg. La iluminación a cargo de Martin Gebhardt combina muchísima luz blanca en el playero acto primero y en el taurino acto cuarto junto a tonos sombríos y oscuros en los actos centrales, con un cinematográfico uso de un haz de luz que enfoca a Carmen cuando canta a Don José su sensual canción con castañuelas. La toma para televisión dirigida por Felix Breisach se detiene bastante bien en cada detalle importante de los pocos que pueblan el escenario en cada acto y combina imágenes de conjunto con primeros planos. Por movimientos de cámara, quizá lo más comprometido de todo el montaje es la precitada lucha a navaja entre Escamillo y Don José (en esta versión musicalmente más larga de lo acostumbrado).

A Franz Welser-Möst se le ha reprochado hasta la saciedad su fría actitud en el podio. Aquí en el foso, apoyado por una muy eficiente Orquesta de la Ópera de Zurich de compacto empaste y sonido envolvente, el austríaco pergeña dignamente la obra de Bizet: recreando con gran colorido los ambientes, claroscuros y texturas, evitando la preponderancia orquestal frente a los cantantes y manteniendo el ritmo y el pulso dramático, a pesar de la tendencia hacia una excesiva urgencia, con un cuarto acto reducido al mínimo porque inexplicablemente se suprime el inicial coro de vendedores.

En definitiva, quien se acerque a esta particular y minimalista Carmen en vídeo bajo la régie de Hartmann, disfrutará; es una Carmen que no disgusta, al contrario, agrada bastante.

 

DVD. Carmen (Bizet). Producción de la Opernhaus Zurich (2009). Dirección musical: Franz Welser-Möst. Dirección escénica: Matthias Hartmann. Escenografía: Volker Hintermeier. Vestuario: Su Bühler. Iluminación: Martin Gebhardt. Coreografía: Teresa Rotemberg. Dirección para televisión: Felix Breisach. Reparto: Vesselina Kasarova (Carmen), Jonas Kaufmann (Don José), Isabel Rey (Micaela), Michele Pertusi (Escamillo), Morgan Moody (Zúñiga), Kresimir Strazanac (Morales), Sen Guo (Frasquita), Judith Schmid (Mercedes), Gabriel Bermúdez (Dancairo), Javier Camarena (Remendado). Coro, joven coro, coro de niños y coro suplementario de la Ópera de Zurich. Orquesta de la Ópera de Zurich. Decca, 2014.