Crítica: «Rigoletto» Oporto Por Mercedes Rodríguez Arrieta
La emoción de lo clásico
La obra teatral de Victor Hugo Le roi s’amuse (El rey se divierte) fue prohibida tras la función de estreno. El argumento de Rigoletto, basado en ella, metió en problemas a Verdi y Piave (el autor del libreto) con la censura veneciana. La obra tuvo como título primigenio La maledizione porque, como mencionó el propio compositor, la maldición de Monterone es la clave de la trama. Los directores de escena nos han presentado a Rigoletto en contextos diversos que a veces funcionan. Sin embargo, mantenerlo en el marco espacio-temporal que señala el libreto original resulta, como fue el caso de esta función a la que asistí en el enorme Coliseu do Porto, un ejercicio teatral para mostrar la esencia del melodrama. En esta ocasión esta tarea fue lograda con sutileza y acierto.

La propuesta de Federico Figueroa ofreció los cambios espaciales con fluidez. Del salón principal del palacio del duque de Mantua a la calle oscura en la que el bufón deforme se encuentra a Sparafucile y después a la casa donde habita, vigilada y sin apenas contacto con el exterior, su hija Gilda. Y en la segunda parte, la transición va de una sala del palacio ducal a la taberna de Maddalena y Sparafucile. Todo con una cándida sencillez y economía de medios imposible de negar. La escenografía, firmada por Jesús Cordón, busca una recreación realista de los espacios descritos y la iluminación (Jorge Abad) remarcar y ambientar cada una de las situaciones. El diseño de vestuario (María José Molina y Teresa Lombardo) es formalmente apropiado e imaginativo en la paleta de colores. El conjunto convierte a esta representación de Rigoletto en una representación donde la música cuenta tanto como la escena. En este sentido la gestualidad y la dirección de actores y de todos los artistas sobre el escenario fueron acertados, perfilando el carácter de cada uno de ellos. Las coreografías de Laura La Caleta aportaron vivacidad en el inicio de la primer acto y permitieron, tras la escena final del segundo acto, mantener la atención del espectador mientras se realizaba una breve pausa técnica.

Con un importante recorrido profesional sobre las espaldas, el barítono Luis Cansino ofreció un Rigoletto bien madurado, que tiene integrado vocal y corporalmente. Su voz corpulenta se repliega a los reclamos de la escena y la música. Se mostró siniestra en sus momentos más oscuros y llena de dolorosa ternura en aquellos más vulnerables para el bufón. Fue muy aplaudido por los asistentes al Coliseu Porto Ageas, donde no se presentaba este título desde 2017, al igual que la soprano Pilar Tejero que debutaba el personaje de Gilda, su hija. Ella estuvo muy consistente a lo largo de toda la representación, con momentos que resultaron muy conmovedores logrando brillar entre la oscuridad de los personajes masculinos que conforman este título verdiano. Su calidad vocal está afianzada y su flexibilidad hace que se adapte a los diferentes requerimientos vocales. El Duque de Mantua estuvo interpretado por el tenor Alain Damas, destacando de él el gusto musical para aportar matices expresivos a su rol, con agudos siempre brillantes y seguros. Crítica: «Rigoletto» Oporto

El sicario Sparafucile estuvo a cargo del bajo Armando del Hoyo, con sonidos firmes en los graves y correcto en sus apariciones. La réplica de la mezzosoprano Inés Olabarria como Maddalena fue vivaz y con gran soltura dramática. Destacable la labor de la soprano Eva Badía, que resolvió los personajes de la Condesa de Ceprano, Giovanna y el paje de la duquesa convincentemente. El resto del elenco fue correcto en sus intervenciones: Fadrique Casas como Monterone; Ángel Walter como Borsa; Edgar Millán como Marullo; Rafa Casette como Conde de Ceprano; y Jesús Cordón como ujier. El maestro Francisco-Antono Moya hizo una lectura de la obra plagada de acertados acentos, en la que los atriles de la Orquesta Filarmónica de La Mancha reprodujeron un escenario musical acorde a la complejidad psicológica que plasmó Verdi en la partitura. Crítica: «Rigoletto» Oporto
Oporto (Coliseu Porto Ageas), 7 de junio de 2023 Rigoletto Ópera en tres actos de G. Verdi / F. Piave.
Director musical: Francisco-Antonio Moya Director de escena: Federico Figueroa Diseño de escenografía: Jesús Cordón. Diseño de iluminación: Jorge Abad. Coreografía: Laura La Caleta
Solistas: Luis Cansino, Pilar Tejero, Alain Damas, Armando del Hoyo, Inés Olabarria, Fadrique Casas, Eva Badía, Ángel Walter, Edgar Millán, Rafa Casette, etc.
Orquesta Filarmónica de La Mancha / Coro Materlírica OW