Entrevista al director de escena Allex Aguilera

 

Madrid, 30 abril de 2024 Entrevista director escena Allex Aguilera

Daniel Lara, colaborador habitual de Opera World, conversó con Allex Aguilera con  motivo del estreno de su nuevo trabajo Felizmente há luar!, ópera del compositor portugués Alexandre Delgado (Lisboa, 1965), que verá la luz en el Teatro Municipal São Luis de Lisboa. El director de escena hispano-brasileño nos cuenta acerca de sus inicios profesionales, su carrera, sus sueños y sus futuros proyectos.

Allex Aguilera en un ensayo de «Don Giovanni» en el Teatro Verdi de Trieste / Foto: Teatro Verdi de Trieste

 

 

¿Cómo descubrió su interés por las artes escénicas?

Yo vivía en Río de Janeiro y me mudé a Ginebra, donde tenía pensado quedarme sólo tres meses para mejorar el idioma francés en un curso de verano. Me sentí muy a gusto en la ciudad y terminé instalándome allí. Encontré rápidamente trabajo y al mismo tiempo comencé a estudiar canto lírico buscando ingresar en el Conservatorio de música. Contrariamente a lo que me esperaba (risas), fui aceptado. Recuerdo que me presenté al examen cantando el aria de Papageno de la ópera Die Zauberflöte de Mozart. Mi voz era de bajo-barítono. Por entonces, el bajo-barítono americano Samuel Ramey, quien era mi ídolo, tenía previsto cantar Boris Godunov en la ópera de Ginebra por lo que esa casa de ópera buscaba dos figurantes con conocimientos de música. Buscando estar cerca de mi ídolo, decidí postularme y me eligieron. Fue en ese momento cuando trabajando en esa producción, vi toda la maquinaria, los ensayos, las marcaciones, etc.… y descubrí que quería hacer esto y empecé a indagar como trabajar en ese mundo.

Y entonces…

Y con todo el coraje que sólo da la juventud… golpeé la puerta del director artístico de la ópera, Hugues Gall, quien luego se convertiría en mi mentor y amigo, y le conté mi situación, que estaba haciendo figuración, pero que me gustaba todo el mundo de atrás de la escena y que quería trabajar en el teatro. Fue entonces cuando me ofrecieron una pasantía de tres meses para ver si yo servía para algo. Podríamos decir que así empezó todo. Entrevista director escena Allex Aguilera

¿Y en qué consistía esta pasantía?

En lo primero que trabajé allí fue en los subtítulos, que se estrenaban ese mismo año en el teatro con la producción de I Capuleti e I Montecchi y luego con los de Die Zauberflöte, que eran más complicados por los muchos diálogos que tiene esta ópera. Esta segunda opera la dirigía el gran director suizo Armin Jordan quien en una de las pausas preguntó quién hacia los subtítulos. Me presenté y me dijo: ¡Bravo! lo hace muy bien y ¡no adelanta los textos! Yo lo hacía muy musical. Ese fue el primer elogio que recibí en el mundo del teatro. A los tres meses me ofrecieron quedarme como regidor de escena, debutando en esa tarea junto a mi ídolo Samuel Ramey en una producción de Fausto de Gounod, dirigida por el director de escena canadiense Robert Carsen. Al poco tiempo trabajé en Nabucco de Verdi y un poco más tarde, como asistente de dirección en La novia vendida de Smetana. Esta última producción tuvo un enorme éxito y a partir de eso momento empecé sólo a trabajar como asistente de dirección escénica.

Una escena de «La favorite» en la puesta en escena de Allex Aguilera para el Teatro Massimo de Palermo (2019) / Foto: T. Massimo de Palermo

¿Quiénes considera han sido las mayores influencias en su labor como director de escena?

Sin dudas, el canadiense Robert Carsen en lo que respecta a la dirección de actores. También profeso una particular admiración por Robert Lepage, que realizó en Ginebra, en 1995, una producción maravillosa donde presentaba juntas las óperas Erwartung de Schönberg y El Castillo de Barbazul de Bartók y yo no podía salir de mi asombro de todo lo que era capaz Lepage, su minucioso trabajo de dirección de cada uno de los cantantes, el modo como se dirigía a la gente, etc. Recuerdo con la amabilidad con la que me explicaba como hacia tal o cual cosa. Hace unos años dirigí un Tristán e Isolda, dirigido musicalmente por Zubin Mehta, donde rindo un pequeño homenaje a Lepage y a su influencia en el director en que me he convertido hoy en día.  Otra gran influencia en mi carrera ha sido la directora americana Francesca Zambello fundamentalmente en lo que respecta al manejo de masas. 

Y en lo musical…

Hay dos directores de orquesta que admiro muchísimo. Por un lado, el director alemán Christian Thielemann, con quien trabajé en un Lohengrin dirigido por Carsen que se presentó en Ginebra y luego en París, y de quien quedé fascinando por el conocimiento musical que posee de cada partitura que, dicho sea de paso, dirige de memoria. Por otro, el director Armin Jordan, con quien trabajé en Ginebra y de quien siempre he admirado el modo como trabajaba las lecturas con los músicos. Como siempre he sido muy curioso, he aprendido mucho observando el trabajo de estos dos grandes músicos.

Siendo tan curioso, ¿no le interesó incursionar fuera del ámbito de la ópera?

Después de algunos años en Ginebra, me mudé a Barcelona a estudiar dirección cinematográfica, tomando algún que otro trabajo como asistente de dirección que me permitiese vivir y continuar formándome. Mientras estudiaba cine, hice mis primeros pasos en el mundo del teatro de prosa. Así fue como subí a escena la pieza teatral “Gaviotas “del escritor Alfonso Vallejo en la Sala Beckett de Barcelona, un espacio dedicado al teatro contemporáneo. Entrevista director escena Allex Aguilera

Una escena de «Otello», de Verdi, en la puesta en escena de Allex Aguilera para la Ópera de Montecarlo (2019) / Foto: archivo del artista

¿Qué le aportó el cine a su carrera como director de escena?

El cine me permitió abrir mi mente y expandir mis conocimientos generales. Aprendí mucho estudiando y analizando a los grandes cineastas. Incluso llegué a ganar un concurso gracias al cual puede hacer un cortometraje en 16mm y en blanco y negro. El cine me permitió descubrir otra faceta totalmente diferente de la dirección teatral que yo conocía. Todo era mucho más realista, más natural. Quizás por eso las críticas sobre la pieza de teatro que le mencioné ponían énfasis en la naturalidad de mi dirección y que estaba concebida de un modo muy cinematográfico. 

¿Cómo se dio el regreso a la ópera a tiempo completo?

(risas) cuando en el 2005 recibí una llamada de Stefano Pace quien me ofreció participar en la aventura de abrir una casa de ópera en Valencia. Y allí fui, con una maleta para una semana y de donde no regresé nunca (risas). En Valencia, preparé los conciertos inaugurales de la apertura del Palau de les Arts con los directores Lorin Maazel y Zubin Mehta. Finalizado esto, Helga Schmidt, la entonces intendente del teatro, me dijo que yo era un hombre de teatro y que debía permanecer allí. Fue de este modo como empecé a trabajar en ese teatro como coordinador de producción. Y como no había nada, había que coordinar todo (risas). Era un teatro vacío. Para que tenga una idea, una de mis primeras tareas fue contar cuantos asientos tenía el teatro y cuantos de ellos tenían visión completa y cuantos reducida. Nadie había dejado un plano con esta información. Al año siguiente, se inició la temporada de la ópera con Fidelio de Beethoven, me ofrecieron un contrato y permanecí allí por diecisiete maravillosos años.

¿Cuándo fue su primera experiencia como director de escena?

Fue en una Turandot que le encargó la dirección del Palau de les Arts al director chino Chen Kaige, famoso por ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes por la película “Adiós a mi concubina”. El director chino pidió como única condición para firmar el contrato que alguien le explicara como hacer una ópera porque no tenía experiencia en ese ámbito. Me reuní con él en Beijing, me contó sus proyectos para la escenografía y el vestuario y me pidió que me encargase de la dirección de escena. Esa fue mi primera experiencia como director de escena, y aunque yo no firmé la puesta en escena, fue una gran aventura que me abrió muchísimas puertas y me permitió colaborar más estrechamente con Zubin Mehta. 

¿Cómo siguió su camino a partir de ese momento?

Comencé a hacer a hacer algunos trabajos en Montecarlo, en A Coruña, en Manaos y me hice cargo de todas las reposiciones del Palau de les Arts.

Elisabet Strid y Allex Aguilera en un ensayo de «Tristan und Isolde» en el Teatro de la Maestranza (2023) / Foto: Teatro de la Maestranza

¿Qué trabajos siente le han dado mayores satisfacciones como director de escena hasta el momento?

La Turandot de la que le hablé, porque tuve que remontarla en varias ocasiones y adaptarla a las posibilidades técnicas de cada teatro. También la ópera Yerma de Villalobos, que presente en el festival del Amazonas, una trabajo muy difícil pero que me dejó muy satisfecho. También están el Don Giovanni en el Teatro Verdi de Trieste para la apertura de temporada, donde para la puesta en escena jugué con lo clásico y lo moderno y funcionó todo muy bien; el Pagliacci que me propuso la Ópera de Montecarlo con un elenco estelar con el que fue un gusto trabajar; y el Otello verdiano, el Everest de la ópera, también en Montecarlo con otro elenco fabuloso.

¿Qué óperas le gustaría dirigir?

Me gustaría mucho hacer Der Rosenkavalier, me parece la obra máxima de Strauss, musicalmente espectacular y con muchísimas posibilidades teatrales. Después Lohengrin, que tantos hermosos recuerdos me trae de cuando fui asistente de dirección en la producción que se presentó en Ginebra de esa ópera. 

¿Ninguna ópera cómica?

Si, me encantaría, aunque siempre me llaman para hacer dramas. Don Pasquale es por ejemplo una ópera que me gustaría mucho poder dirigir.

¿Cuál es su proceso creador ante una nueva propuesta?

Me concentro en la música. La música inspira mi trabajo. Yo primero escucho la música y no leo el texto. Necesito ver que es lo que me provoca la música sabiendo desde luego de que va el tema. Recién cuando tengo la música asimilada, paso al texto. Y a partir de allí voy preguntándome como la voy a mostrar, siempre buscando la belleza en que se va a presentar. Entrevista director escena Allex Aguilera

Una escena de «Carmen», en la puesta en escena de Allex Aguilera para el Theatro Municipal de Río de Janeiro (2014) / Foto: Archivo del artista

¿Qué opinión le merecen los trabajos que trasladan la acción a otro momento del impuesto por el libreto?

Me gusta mucho ofrecer propuestas escénicas atemporales, sin ubicar la acción en un tiempo específico, donde el público se pueda sentir identificado. Me gusta que la gente sueñe cuando va a la ópera. Por eso nunca uso gente en escena de traje y corbata, la gente tiene que olvidarse de su vida cotidiana cuando va a la ópera. Tiene que poder ver un vestuario bonito y poder soñar.

Cuéntenos acerca de la producción de Felizmente há luar!, la ópera que lo tiene ocupado por estos días.

Es un proyecto muy interesante en homenaje al 50 aniversario de la vuelta a la democracia en Portugal. “Felizmente Ha Luar!” es una ópera compuesta por el compositor portugués Alexandre Delgado basada en la obra homónima de Sttau Monteiro y pieza fundamental del teatro portugués del siglo XX sobre la resistencia del pueblo portugués contra la dictadura del Estado Novo y la censura oficial. Originalmente para evitar la censura, el autor ha trasladado la acción a la primera mitad del siglo XIX, como una alegoría sobre la conspiración de Gomes de Freire contra el dominio inglés pero claramente se comprende que no es de eso momento del que se está hablando, sino de los acontecimientos que culminarían con la revolución del 25 de abril de 1974 que restauró la democracia en Portugal. Por esta razón, y buscando darle actualidad para esta producción he trasladó la acción a los años 70 reflejando la resistencia y la lucha por la libertad que se vive en Portugal en ese momento y la esperanza final… una luz que ilumina la oscuridad que presagia finalmente un futuro esperanzador. La música es muy bonita, muy bien escrita y muy tonal tratándose de una ópera contemporánea. No tienen que perdérsela.

¿Cuánto influyó en tu tarea poder trabajar con el compositor?

Fue una de las mejores cosas que me pudo pasar. Si tiene alguna duda, él se lo soluciona inmediatamente. Le puede explicar la razón por la cual algún tiempo fue concebido de tal o cual manera. Obtienes respuestas directamente de la fuente creadora. Fue una experiencia muy enriquecedora.

¿Cuál son sus siguientes proyectos?

Voy a Lieja para presentar una nueva producción de I Capuleti ed I Montecchi, donde además me ocuparé de la escenografía. De allí pasaré a Roma para hacer el Otello verdiano y Tristan und Isolde en la ABAO-Bilbao Opera.

¿Cómo es tu vida cuando no trabaja?

Mi ocio está muy relacionado con la ópera. Me gusta mucho asistir como público a ver representaciones de ópera. En mis vacaciones yo suelo ir a los festivales. Digamos que incluso en mis momentos libres hay mucha opera en mi vida. (risas)

En nombre de Opera World le agradezco el tiempo que ha dedicado para esta entrevista. Entrevista director escena Allex Aguilera