Finaliza el año y las autoridades del teatro Colón han dado a conocer su temporada 2018. Hace pocos días, José Cura y María Pía Piscitelli, dieron vida a Andrea y Maddalena, de “Andrea Chènier” de Giordano. Es una ópera bien conocida por nuestro público que recibió con agrado la puesta en escena que suplantó a la que iba a realizar Lucrecia Martel. Tampoco Sofía Cóppola pudo presentar su versión de “La traviata”. En este caso, y con mucho sentido común, el Colón recurrió a la Opera de Roma y contrató la puesta de Zeffirelli.
“La italiana en Argel”, “Peleas et Melisande”. “La bohème”, “Aída”, “Tristán e Isolda”, “Norma”, son algunos de los títulos para este año. “Aída” será encarnada por Latonia Moore y por dos sopranos argentinas de renombre. Ellas son Mónica Ferracani y Haydée Dabusti. Esta ópera tendrá la concepción escénica y escenográfica de otro argentino. Es Roberto Oswald y su versión será indudablemente brillante. Con “Aída” se inauguró el teatro Colón en 1908. Eran los tiempos cuando los barcos nos unían con Europa y así llegó al Río de la Plata el elenco y la orquesta de la Gran Compañía de Opera Italiana. Para aquella primera “Aida” la protagonista fue Lucía Crestani.
Junto a la presentación operística se dio a conocer la programación titulada “Grandes intérpretes internacionales”. Allí están la Filarmónica de Viena, Anna Netrebko y la Orq uesta Estable del Teatro Colón. También los cantantes Yusif Eyvasov, Bryn Terfel y Juan Diego Flórez ofrecerán sus recitales con acompañamiento de piano.
La venida de Anna Netrebko a Argentina constituirá un gran acontecimiento. Conocemos muy bien su trayectoria y sus grabaciones. Para mí es la soprano extranjera que supo captar la profundidad de la canción “La rosa y el sauce”, de nuestro Carlos Guastavino. Ha hecho una versión espléndida y demuestra cómo una artista que no es de habla española es capaz de trasmitir cada matiz de una canción de cámara argentina. No puedo silenciar el nombre de Daniel Borenboim que dirigirá la ópera de Wágner.
Roberto Sebastián Cava