Una vez más el muy ingenioso y creativo Federico Figueroa produce y pone en escena un singular espectáculo basado en la ejecución de diferentes arias protagonizadas por la soprano Gabriela Mazuera de diferentes conmpositores teniendo como protagonista a la reina Isabel I, conocida como la Reina Virgen. Donizetti, Paccini, Britten y Rossini escribieron partituras extraordinarias llenas de expresividad y enormes dificultades especialmente en las coloraturas que fueron interpretadas por la soprano Mazuera acompañada en algún momento por el tenor Gustavo Hernández y acompañada al piano por Cristina Presmanes.
Apenas un mínimo decorado y atrezzo además de un vestido bellísimo fueron suficientes para el éxito del espectáculo.
Gabriela Mazuera posee un voz con un timbre muy bello, uniforme, fácil en el ascenso a la zona aguda y ágil en las complicadas coloraturas. Todo ello lo puso de manifiesto si bien le faltó expresividad en el canto, especialmente garra en el aria de Roberto Devereux de Donizetti y duzura en la de Rossini de su Elisabetta Regina d’Inghilterra. El breve acompañamiento del tenor estuvo fuera de sus medios y estilo.
Cristina Presmanes acompañó de forma inspirada y eficaz salvando algún despiste de la soprano.
Gustó al público del Ateneo.
Francisco García-Rosado