Marisa de Prada y Ana Nasarre han entrevistado al barítono italiano Mattia Olivieri. Entrevista barítono Mattia Olivieri
El barítono Mattia Olivieri (Sassuolo, 1984) comenzó muy joven sus estudios vocales en el Conservatorio de Música Martini de Bolonia y en el Conservatorio de Música Pergolesi de Fermo, especializándose entonces con el barítono Maurizio Leoni. Poco después fue admitido en la Scuola dell’Opera Italiana en Bolonia y más tarde estuvo en el Centre de Perfeccionament de Les Arts en Valencia. Hizo su debut operístico profesional en 2008 como Comisario Imperial en Madama Butterfly y Fiorello en Il Barbiere di Siviglia en el Festival Lírico de la Toscana y como Ben en Il Telefono de Menotti en el Teatro Comunale de Caserta. Desde ese año, ha interpretado numerosos papeles en teatros de ópera en España, Italia, Brasil, Bélgica, etc., entre ellos el de Guglielmo (Così fan tutte), Schaunard (La Bohéme), Ping (Turandot) en la Arena de Verona, Roma y otras ciudades, Nardo (La finta giardiniera) con el Glyndebourne Tour, y el papel titular en Don Giovanni en Palermo y Berlín.
¿En qué momento decidió que la ópera sería su vida, su pasión?
Yo cantaba música ‘pop’ italiana cuando era muy joven y pasé un año y medio pensando que no estaba haciendo lo que quería hacer hasta que la maestra Renata Nemola, la pianista de la clase de canto, me regaló una entrada para ir a ver una ópera al Teatro alla Scala de Milán. Se trataba de El barbero de Sevilla de Rossini. Me acuerdo tan sólo de que quedé tan impresionado que decidí, en ese mismo momento, que esa tenía que ser mi profesión, y que tenía que invertir muchas energías en el estudio de ese magnífico arte. Entrevista barítono Mattia Olivieri
En el escenario usted no sólo es cantante sino también un gran actor, ¿ha recibido clases de interpretación teatral?
Cuando era más joven tuve la suerte de hacer muchos papeles de comprimario, ya que para barítono hay multitud de papeles pequeños donde uno puede estar en el escenario y aprender al mismo tiempo: yo los aproveché para observar a mis colegas que cantaban los papeles principales y así me formé una idea de lo que me gustaba y de lo que no. Y ahí empecé a darme cuenta de lo que para para mí estaba bien o no. Como además tengo mucha fantasía, con ella puedo imaginar muchísimas cosas, muchas situaciones distintas, que me llevan a hacer un personaje en muy distinta forma según la producción y las ideas del director de escena. A parte de haber tenido esta suerte, he tenido la fortuna de trabajar con grandísimos directores de escena, cada uno de ellos me ha dado algo de sí que atesoraré siempre dentro de mí y que me ha ayudado a ser el cantante que soy yo hoy.
Cuando prepara un nuevo papel, ¿cómo lo hace? ¿Qué es lo más importante para usted?
Cuando empiezo a preparar un nuevo papel no lo hago escuchando la interpretación de otros cantantes hasta no saberlo perfectamente, el ritmo, el fraseo, todo lo que está escrito. Luego, al trabajar con el pianista llega el momento en que se construye el papel mismo y se comparten ideas. Últimamente empiezo con el pianista y voy a ver al maestro cuando ya me sé el papel bastante bien para poder así tener con él una discusión sobre cómo resolver un determinado pasaje y afrontar otro. Lo que más me interesa es crear, en mi cabeza, una idea del personaje porque cuando voy a aprender algo tengo que saber darle un sentido a todo lo que digo, a todo lo que estoy cantando (al recitativo, al cantabile, a todo). Entonces, en mi cabeza, creo una situación, una escena de algún tipo, pero he de tener una idea del personaje. Luego, al trabajar con un director de escena en un determinado teatro puedo cambiarla, pero tengo que llegar ya con mi concepción formada, y así me lo puedo aprender con mucha más facilidad e intención porque todo lo que hacemos tiene que tener un sentido, y sin duda este es otro aspecto fundamental.
¿Con qué rol de los que ha cantado recientemente se ha sentido más identificado? Entrevista barítono Mattia Olivieri
Creo que es bastante fácil responder a esta pregunta ya que hace muy poco, en Les Arts de Valencia, canté el papel de Marcello en La Boheme que, por cierto, es un papel con el que me identifico casi totalmente; él es una persona muy sencilla, como creo que soy yo, y con mucho corazón, tal como yo lo veo. Marcello es una de esas personas en las que se puede confiar. Se percibe que él siempre sentirá muy cercanos los padecimientos de su amigo Rodolfo puesto que sufre al ver sufrir a su amigo. Tiene sentimientos de un joven, como soy yo, en estos momentos de mi vida, y por ello no es complicado poderme identificar con él. A este personaje lo veo como la columna de los cuatro bohemios, la persona más fuerte a la que todos recurren cuando tienen un problema, es el pilar fundamental del grupo de estos cuatro amigos. Y repito, para mí es muy fácil identificarme con él y siempre disfruto representando este papel. En esta ocasión, en Valencia, todo el elenco de cantantes formamos un grupo cohesionado y creamos una relación tan estrecha que todo podía fluir por lo que sabíamos que la historia iba a ser más verdadera en el escenario.
¿Cuál es su agenda a corto y medio plazo?
Ahora mismo estoy en Berlín para representar en la Deutsche Oper el papel de Don Giovanni de la ópera de Mozart y me siento muy feliz de cantar aquí ya que es la primera vez que actúo en esta ciudad alemana. Después iré a Florencia para cantar Carmen dirigida por el maestro Zubin Metha. Tras ello, ya en mayo, iré al Teatro Real de Madrid, donde haré mi debut cantando en Il turco in Italia. Esto me hace muy feliz porque las primeras veces siempre son especiales, decimos. Lo último que puedo mencionar es que cantaré en la Royal Opera House y haré mi debut en el papel de Figaro de Le nozze di Figaro, un personaje al que veo muy cercano a mí. Mozart ha formado parte de mi vida profesional. Hasta ahora es el compositor del que he cantado más óperas, entre ella están Don Giovanni, Cosi fan tutte, Le nozze di Figaro (como el conde Almaviva), Die Zauberflöte, etc. Y, no puedo anunciar nada más porque los teatros aún no han presentado sus programas para la temporada próxima.
¿Qué opina sobre según que direcciones escénicas a veces tan polémicas?
Lo que puedo decir es que nosotros, los artistas, tenemos que ser como una hoja en blanco en la que el director de escena puede escribir lo que él quiere. Muchas veces tenemos una idea de cómo tiene que ser una ópera, por ejemplo, tenemos nuestra idea de La Boheme, nuestra idea de Le nozze di Figaro, pero lo que considero muy interesante es que, cuando uno se encuentra con ideas, que son completamente distintas a las suyas, hace que este trabajo sea tan enriquecedor. El único que puede decir si le ha gustado o no es el público, pero yo, como artista tengo que respetar lo que pide el director de escena porque él tiene una determinada idea sobre una ópera y si yo no la voy a representar, al final todas las Boheme todos los Don Giovanni serían iguales. Por ejemplo, aquí en Berlín, estoy haciendo ahora la producción de Don Giovanni de Roland Schwab en la que el protagonista tiene que ser muy activo físicamente y entregarse de tal manera que el público disfrute sintiendo esa pasión y entrega total. Entrevista barítono Mattia Olivieri
Encuentro cada día más interesante integrarse en nuevas producciones porque al final no es la visión de uno mismo la que prevalece, sino la visión del director de escena. Es fascinante entrar en su mente y descubrir lo que él quiere expresar de cada personaje porque para cada uno de nosotros el Don Giovanni puede ser distinto y esto es lo fascinante de la ópera, las ideas, lo que ve diferente el cantante y el director de escena. Se aprende mucho de las ideas que son distantes a las nuestras. Cada vez que hago una interpretación que no es exactamente la que pienso yo, es como un plus que va a penetrar en mi cabeza porque el pensamiento es variado, distinto y creo que esta es la belleza final de nuestro mundo.
Agradecemos el habernos dado un espacio en tu agenda para realizar esta entrevista para Opera World